Hola Líderes! Espero que todos se encuentren realmente bien. Ayer que reanudamos actividades en el campus Cuernavaca, estuve haciendo una recapitulación de estas semanas que han sido tristes e intensas pero también esperanzadoras y sobre todo muy distintas a la vida cotidiana. Les quiero platicar de lo que estuve haciendo... Ver más personalmente y como parte de algunas brigadas, más que nada para compartir con los que están lejos un poco de la situación en el estado de Morelos y motivarlos a que sigan ayudando. Desde el lamentable día del sismo, establecimos un pequeño centro de acopio en el negocio de mi familia, gracias a la ayuda de los vecinos se logró recaudar mucha ayuda, destinada al principio a los municipios del sur del estado, de los que se sabía que eran los más afectados. Unos días/horas después se empezó a dar a conocer que el norte del estado también estaba muy afectado y no se les había llevado ayuda, por lo que fui con al rededor de 25 compañeros del tec, entre alumnos, profesores y directivos, a un pequeño pueblito donde las casas, si no se habían caído, estaban a punto de caerse, realmente triste. Ahí pudimos ayudar a dos familias a retirar los escombros del derrumbe y nos enteramos que en uno de esos hogares infortunadamente había fallecido la abuelita y su nieto había quedado gravemente herido. Seguimos recaudando víveres y los llevamos a lugares afectados cerca de mi comunidad, y en la que sería la Semana i, viajé en una brigada organizada por nuestro compañero Leví Carbellido y dirijida por nuestro profesor Pedro Najera, a quien agradezco y reconozco especialmente por haber pagado los boletos de autobus de todos los asistentes, entre los que estabamos alumnos de Cuernavaca y campus Santa Fé. En esos viajes (yo participé dos días) trabajamos con los niños del albergue Niños Héroes, manteniendolos con ritmo académico y brindandoles algo de distracción con dinámicas deportivas, incluso pudieron a montar a caballo gracias al apoyo de la policia montada. Han sido días muy tristes, historias que se te quedan grabadas en la memoria y que te hacen sentir agradecido con la vida por tener lo poco o mucho que tienes. Creo que es una gran oportunidad para México de costruir desde cero no sólo los edificios caídos, sino la cultura cívica de la gente, el sentido humano que hasta ahora, lamentablemente sólo se ve en tiempos de tragedia. Saludos a todos desde la Ciudad de la Eterna Primavera.