¡Hola a todos! El día de hoy me gustaría compartirles mi experiencia en un proyecto social realizado en conjunto con la asociación BIFAM. Dicha asociación (por sus siglas: "Bienestar e Integración Social"), busca combatir los bajos niveles de nutrición, la desintegración familiar y el rezago educativo en niños de zonas
... Ver más marginadas, como lo es la comunidad de Jesús María en el estado de Aguascalientes.
Actualmente se atienden 162 niños diarios en el comedor y a 85 familias en el área social, lo que representa más de 600 personas beneficiadas indirectamente, ya que las acciones que llevadas a cabo de forma diaria, buscan elevar la calidad de vida de los individuos, ofreciéndoles mejores alternativas para su desarrollo personal, lo cual naturalmente tendrá un impacto directo en sus entornos directos, como lo es la familia, la escuela y su comunidad.
Durante el verano tuve la oportunidad de participar en las iniciativas que tiene dicha asociación, especialmente en la parte de rezago educativo, otorgando asesorías y sesiones educativas a los niños para nivelar su nivel académico y apoyarlos con sus tareas y proyectos. Entre las estrategias utilizadas, nos enfocamos en aplicar dinámicas pedagógicas que nos permitieran entender emocionalmente a los niños, para así poder apoyarlos de la mejor manera.
Pero más allá de dar asesorías y apoyo, creo que el descubrimiento más valioso fue todo el potencial y corazón que estos niños tienen. Convivir con ellos me permitió desarrollar una sensibilidad social inimaginable y un gran deseo de poder ayudarlos, simultáneamente dándome cuenta sobre todo lo que podemos ayudar para combatir las problemáticas actuales que se tienen en estos entornos no favorecidos.
Recordemos que hacer un cambio siempre es posible, y aunque sea algo pequeño, como sembrar una semilla, sabemos que esas semillas en un futuro florecerán en niños y jóvenes con un mayor nivel educativo, con aspiraciones y con deseo de superarse a sí mismos, lo que contribuirá a la formación de personas preparadas y sensibles hacia sus entornos, es decir, generaciones futuras que también querrán convertirse en agentes de cambio preparados y capaces para seguir mejorando nuestro país.
¡Sigamos plantando semillas para lograr el México que todos nos merecemos!