Desde que era pequeña siempre me imaginé en los escenarios más increíbles: viajando al espacio, recorriendo tierras lejanas y por qué no, salvando vidas.
Con el paso de los años fui cumpliendo mis fantasías, visité planetas insólitos en el planetario, con Julio Verne y su Vuelta al Mundo en 80 días recorrí tierras lejanas, pero aún no salvaba vidas pues solía creer que para eso necesitaba un nombre increíble, una capa y emblema especia; sin embargo, más tarde me di cuenta de que bastaba con una bata.
Estaba consiente que para salvar vidas no era suficiente sólo vestir de blanco, necesitaba de una preparación y estaba dispuesta a tomarla; mis papás siempre me brindaron todo lo necesario para lograrlo, tenía valores, una sólida educación y el cariño de las personas que me rodeaban, pero faltaba algo, no obstante, fui muy afortunada en recibirlo de parte de personas que confían en los sueños de la juventud, y fue así que con la beca Líderes del Mañana y el Tec de Monterrey, se puso en marcha oficialmente mi sueño.
Entrar a estudiar en una escuela tan prestigiosa como lo es esta institución hizo que mi vida diera un giro radical. Debo admitir que no ha sido nada fácil, tuve que mudarme a un estado desconocido sin la compañía de mis padres y adaptarme a un nuevo sistema escolar. Los profesores que aquí encuentras son de primer nivel, siempre te empapan de todos sus conocimientos y te impulsan a llegar más allá; aquí también hallas fantásticos compañeros, todos enfocados en una meta similar y con historias increíbles. El Tec te enseña que, si bien las calificaciones son importantes, no lo son todo y siempre es mejor dar un poco más para convertirte en un profesional íntegro en todos los sentidos.
Durante mi primer año como estudiante de Medicina, he recibido una infinidad de nuevos conocimientos, me llenaba de emoción leer los libros porque con cada capítulo terminado sentía que era capaz de comprender mejor el funcionamiento de distintas cosas acerca de la fisiología del cuerpo humano que hasta el momento me eran desconocidas.
En estos dos últimos semestres también tuve la oportunidad de conocer a personas maravillosas con quienes establecí fuertes lazos y me acompañaron durante el emprendimiento de nuevos y diversos proyectos para contribuir a la sociedad.
Hoy más que nunca me siento firme, estoy comprometida con la sociedad, mis metas son altas y estoy dispuesta a luchar por ellas a pesar de lo difícil que se vea el panorama con el fin salvar muchas vidas y mejorar la calidad de salud de nuestro país. En definitiva, este ha sido el mejor año de mi vida y agradezco a cada una de las personas que hacen posible que jóvenes como nosotros, los futuros líderes del mañana, hagamos nuestros sueños realidad.
Formo parte de la tercera generación de Líderes del Mañana. ¡No puedo creer que ya se ha cumplido un año desde que me dieron la noticia de mi vida! Es increíble lo rápido que pasa el tiempo y los muchos aprendizajes que se dan en el camino.
Debo admitir que no ha sido fácil. Ser líder del mañana no sólo es llevar un buen promedio, no faltar a clases y cumplir con tareas: es la oportunidad de dar a alguien más, la misma oportunidad que nos han dado a nosotros.
Desde que entré al Tec, gracias a esta maravillosa oportunidad, me he vuelto más curiosa, y es que ahora quiero saberlo todo. Busco sin detenerme, hasta que quedo totalmente satisfecha con lo que he encontrado. Me parece fascinante que unas clases, aparentemente normales, causen tanto impacto en mí. Sé que no soy la única que se siente así: con ganas de comerse al mundo. Es por esto que mis compañeros y yo, hemos empezado un grupo estudiantil destinado a cumplir la misión que los que formamos parte de Líderes del Mañana debemos seguir: dejar una huella y que nos recuerden por lo que hicimos y no por quienes somos. Este es el proyecto que más importante de mi vida y en el que pondré mi corazón entero.
Tú que estás leyendo esto y que estás a punto de comenzar la etapa más increíble de tu vida, nunca olvides de dónde vienes y de lo que tuviste que pasar para estar aquí hoy. Todo el esfuerzo realizado dará frutos en un futuro no muy lejano y necesitamos de tu humildad, sencillez, inteligencia, perseverancia, convicción y tus ganas de salir adelante para crecer como personas.
Recuerda que estamos juntos en esto, debemos de apoyarnos para hacer de este país y del mundo, un lugar mejor. Espero escuchar de ti algún día. Este es tu momento, disfrútalo. ¡Muchas felicidades!
Mi nombre es Miguel Ángel Rocha González y me gustaría contarles como fue mi experiencia al ingresar al Tecnológico de Monterrey.
Hace tiempo, antes de terminar la secundaria mis mejores amigos y yo estábamos platicando que es lo que nos gustaría estudiar y en donde nos gustaría hacerlo, casi todos optamos por una ingeniería, pero cada quién quería estudiar en diferentes escuelas.
Algunos querían estudiar en el Tec de Monterrey y contaban con los fondos suficientes para pagar la escuela, otros querían estudiar en la universidad de mi ciudad y yo por mi parte, también quería estudiar en el Tecnológico de Monterrey debido al prestigio con el que cuenta la institución y aunque desgraciadamente mi familia no contaba con los fondos necesarios para pagar mi universidad ahí, yo sabía que si me esmeraba podía lograrlo.
Así que eso fue lo que hice, día con día mejoraba más y más para crecer como estudiante y como persona para lograr mi objetivo. Cuando de verdad quieres algo te das cuenta de que con esforzarte lo suficiente eres capaz de lograr muchas cosas.
Algo que yo nunca pensé al fin se hizo realidad, fui uno de los beneficiarios de la tercera generación de Líderes del Mañana, un programa de becas que ofrece apoyos educativos del 100% para personas con las cualidades de liderazgo pero que no cuentan con los fondos económicos suficientes para pagar la escuela.
Quisiera comentarles mi experiencia sobre lo que todos nosotros logramos y muchas personas más pueden lograr, no porque no cuentes con el dinero suficiente significa que no podrás ser alguien en la vida, la situación económica de la gente crea barreras y somos nosotros los encargados de romper estas barreras, esos paradigmas que hacen creer a la sociedad que se necesita dinero para lograr grandes cosas. Todo esto es una idea errónea que la gente tiene y debemos de cambiar, ya que cada persona puede lograr sus metas con dedicación y esfuerzo. Así que por medio de esta pequeña historia invito a todos los jóvenes que estén leyendo esto a que se animen a perseguir sus sueños.
En primer momento para todos nosotros esto es una gran noticia ya que el estudiar en el Tecnológico de Monterrey es un gran orgullo para cualquier estudiante.Cuando uno entra al Tec de Monterrey obviamente entra en un ambiente nuevo, la gente normalmente cree que las personas que estudian aquí son egoístas y que no son muy amigables, pero no. Desde el momento en que puse un pie en el Tecnológico de Monterrey como estudiante, me di cuenta de que hay personas que valen mucho tenerlas a tu lado, ya que en cada momento que he pasado aquí han estado conmigo no importa lo que pase.
Cuando ingresé aquí no me fue difícil adaptarme ya que mis relaciones con la gente siempre han sido fuertes y dos de mis mejores amigos ya estudiaban aquí. Sin embargo, conocí mucha gente nueva que ahora puedo decir con orgullo que son mis amigos. Con ellos he pasado diferentes momentos: desde una tarde llena de risas hasta contarles mis experiencias en la vida y mis problemas personales.
También he vivido otras experiencias como estudiar juntos para antes de un examen parcial o un examen final hasta estar al borde de la locura debido al estrés que uno vive en ocasiones, pero a fin de cuentas aprendes que todo esto te deja grandes experiencias y muchas enseñanzas. Y ni hablar de todas las nuevas cosas que aprendes… ¡vaya! ¿Qué iba a saber yo que la programación se me iba a dar tan bien?
Durante los primeros dos semestres de mi carrera desarrollamos varios proyectos donde cada quien tenía que poner de su parte para sacar adelante al equipo, nos juntamos en talleres, aprendimos sobre cableado de máquinas, aprendimos a programar un robot controlado a distancia e incluso aprendí a utilizar máquinas que no tenía idea de cómo funcionaban o para que eran.
Durante los primeros dos semestres que he estado aquí he aprendido a valorar mucho a las personas y he obtenido experiencias y aptitudes que me ayudarán a ser aún mejor en la vida, sin duda cada uno de nosotros estamos en deuda con el Tecnológico de Monterrey y debemos pagar esa deuda algún día, todo esto lo lograremos juntos apoyados por nuestros compañeros y nuestra familia.
Quisiera terminar diciéndoles a los nuevos líderes que sin duda el programa Líderes del Mañana es algo increíble que da una oportunidad muy grande a las personas que quieren ser mejores cada día y que además de ganar el orgullo de estudiar en esta gran institución, estás ganándote una nueva familia. ¡Bienvenido hermano!
Hace tres años empecé a estudiar en el ITESM Campus León. Durante este tiempo, he aprendido, sentido y conocido muchas cosas, como alumno he madurado en mi formación y he experimentado el fracaso en varias ocasiones, me he desanimado algunas veces, pero jamás me he rendido. Así como la parte académica ha tenido un papel importante, también he hecho amigos, he conocido a personas que han cambiado mi vida, he cambiado de ciudad, me he hecho más independiente, he caminado por caminos que no me hubiera imaginado y he hablado sobre cosas que no se me habrían ocurrido. he tomado malas decisiones y he aprendido de ellas.
Si pudiera elegir algo de lo mucho que he vivido en todo el tiempo desde que inicié la universidad diría que lo mejor es saber que “ya no soy el mismo”, que todas las personas que he conocido, y que todo lo que he vivido me han vuelto alguien distinto, con más voluntad, con mayor dedicación, que ha sabido enfrentar el miedo y no sucumbir ante él, que las palabras de aliento de todos aquellos quienes creían en mí, aún siguen haciendo eco en lo más profundo de mi ser, que he podido encontrar cosas que no conocía de mí mismo y que poco a poco me encamino a mis sueños y a lo que siempre he querido ser. La única batalla es contigo mismo y la convicción que tengas en el mundo para continuar una y otra vez, para vencer las adversidades, disfrutar de la vida y para finalmente encontrar el sendero que debes recorrer.
No es destino ni casualidad, pues todo lo que somos es el resultado de nuestras acciones. El Tec me ha dado la oportunidad de vivir todo esto, ha influido en quién quiero ser y me ha enseñado lo que puedo lograr con mi esfuerzo. Me gustaría seguir viviendo muchas más experiencias y aprender muchas más cosas en lo que me queda de mi tiempo como estudiante. Quiero agradecerles a mis padres, a la institución y a todos a aquellos que me han apoyado y han sabido creer en mí. Espero hacer que algún día se sientan orgullosos y ayudarlos también.
Gracias.
Déjame te platico un poco mi historia, la cual no difiere mucho de las demás, que de igual modo han enfrentado retos y han dado todo por lo que quieren en la vida.
Soy apasionado de las rondallas y tengo el orgullo de decir que pertenezco a la mejor rondalla de Veracruz, según los últimos concursos nacionales a los que hemos asistido. Pasé a quinto semestre de Licenciado en Administración de Empresas, así que ya estoy casi a la mitad del camino.
Durante estos cuatros semestres he tenido un crecimiento enorme y estoy seguro de que de no ser por el Tec no lo hubiese logrado. Llevo un promedio acumulado de 95, el cual he mantenido dedicándole el suficiente tiempo al estudio y a las clases. Pero lo que me encanta del Tec, es que no solo te mides por un número, sino por el sinfín de cosas que puedes realizar dentro de la Dirección de Asuntos Estudiantiles. Lo que te evalúan aquí, es que seas un chico integral y eso inspira mucho más a seguirle. Durante mi primer semestre asistí a clases de Salsa y, ¡vaya que sirven!
En el segundo semestre, un grupo de maestros observó que tenía los suficientes conocimientos en las TIC como para dar clases de Excel Intermedio a los profesores de Universidad y Preparatoria. Fue, sin duda, un honor tener a mis profesores como asistentes al taller y fue ahí donde confirmé que todos podemos aprender de todos.
Fue en segundo semestre también, donde recibimos la visita de Jorge Blando en Sorteos Tec, y encomendó a todos los líderes la tarea de capacitar a todo el personal de Sorteos en uso de TIC. En ese tiempo éramos 7 y nos enteramos de que para finales del semestre entrarían 12 nuevos miembros. También, al ver que pudimos trabajar en equipo dando clases, pensamos que podíamos hacer proyectos más grandes juntos. Así fue como nació la Sociedad de Alumnos Líderes del Mañana, la cual tengo el honor de presidir.
En el tercer semestre junto con otro compañero continuamos con las clases de actualización e impartimos un curso de Google Apps for Education para todos los profesores. Esta actividad me ayudó a mejorar mis habilidades para hablar en público, a expresar mis ideas y así poder darme a entender en la materia.
Todo este año fue un año de éxitos para nuestro grupo estudiantil, ya que logramos obtener dos de tres premios que se entregan semestralmente en la entrega DAE a las mesas y grupos estudiantiles, Premio al Desarrollo Social y a la Transferencia de Conocimiento, lo cual nos sorprendió mucho porque a pesar de ser una mesa nueva, pudimos trascender dentro de la institución. Desde rifas hasta karaokes y concursos de baile, desde rallies hasta conferencias de emprendimiento y talleres de liderazgo, así como viajes estudiantiles, fueron algunas de las actividades que realizamos durante nuestro año de servicio.
Todo esto sin contar todas las experiencias que he vivido en los congresos, viajes estudiantiles y talleres que he recibido de forma adicional a mis materias.
Pero no les he contado también que asistir a todos estos eventos y participar en todas estas actividades ha sido un reto. Mis padres son de edad avanzada, mi papá tiene 75 años y mi mamá 57. Mi padre se dedicó toda su vida a ser maestro albañil con lo cual nos manteníamos los tres, mi madre siempre estuvo ayudando en el hogar y en sus tiempos libres haciendo costura. En cuanto a mí, en ocasiones salgo a tocar la guitarra en los restaurantes o realizo composturas de computadores y trabajos de informática. Todo esto con el fin de apoyarme con mi transporte y comida diaria.
Mis padres están orgullosísimos de que haya ganado la beca; sin embargo, el año pasado, mi padre sufrió un derrame cerebral, lo cual lo dejó paralizado de medio cuerpo y los primeros meses ni siquiera recordaba quien era. Fue algo muy triste para mí, pero que no dejó que me venciera, pero si elevó el nivel de dificultad de este reto. El tiempo que estuvo en el hospital, al ser solo mi mamá y yo, yo lo cuidaba durante las noches y ella en el día. Cuando lo dieron de alta nos dijeron que no nos ilusionáramos con que volviera a poder caminar o de que regresara en sí al cien por ciento.
Aun así, durante las mañanas iba a la escuela, en las tardes salía a tocar y en las noches llegaba a bañarlo y cambiarlo porque mi mamá no se lo aguantaba. Así estuvimos ocho meses hasta que comenzó a haber una mejora constante y déjenme decirles que al día de hoy ya ha recuperado un ochenta por ciento de sus recuerdos y ya puede caminar por sí solo. Actualmente vivimos de la pensión que recibe mensualmente por haber sido asegurado en varios trabajos que tuvo.
La vida te pone retos y tienes que afrontarlos, antes de entrar al Tec, por causas económicas tuve que suspender mis estudios de preparatoria un año, donde realicé diversas actividades para ayudar al hogar desde tocar la guitarra y cantar, hasta trabajar lavando carros y vendiendo pan en un triciclo. Nunca me sentiré avergonzado por decir que realicé estos trabajos, porque gracias a estos logré salir adelante con mi familia.
Así que cuando te preguntes qué es un líder del mañana, sabrás que son historias de éxito y de superación, pero también recuerda que son familias, sueños y retos que están detrás de todo este proyecto que sin duda nos ha cambiado la vida a todos. ¡Gracias Tec de Monterrey!
Ser un Líder del Mañana, me llevó a soñar despierta
Todo comenzó como una aventura con una mezcla de sensaciones: felicidad, emoción, nervios e incluso miedo. Dejar mi zona de confort por hacer un sueño realidad nació como una idea brillante que se convirtió en un verdadero reto. Al inicio cuestioné todo lo que podía; ¿Estoy en la carrera correcta? ¿Realmente quiero estar lejos de mi familia? ¿Cómo me sentiré después si me siento así ahora? Las preguntas continuaron hasta que me di cuenta de que Dios me estaba dando a unos hermanos de distinta madre para darme la mano y agarrar fuerzas para alcanzar un sueño, usando el miedo y el coraje para acercarme más a la meta.
Fue gracias a estos nuevos hermanos, a Dios y a mi familia que pude tomar fuerzas para ver, valorar y aprovechar la dicha de estar donde y con quien estoy. Claro está, el cambio no fue de un día para otro, pero se ha logrado. Hoy tomo cada oportunidad que tengo, y doy lo mejor de mi con un corazón feliz. El Tec ha aportado a mi vida hermanos, amigos, aventuras, experiencias, lecciones, entre otras cosas. En el Tec aprendí a bailar bachata, cumbia y salsa, a organizar eventos, a dar acompañamiento, pero sobre todo aprendí de lo que soy capaz. Ahora me queda claro que el coraje con el que se hacen las cosas es el que hace que sucedan, pero para tener ese coraje se necesita tener ganas. ¡Mis ganas y la oportunidad de ser Líder del Mañana son elementos suficientes para seguir luchando por un mejor futuro!
26 de mayo del 2014 fecha en el que mi vida dio un giro al obtener la beca Líderes del Mañana otorgada por el Tec de Monterrey. “Nunca dejes de sorprenderte” fueron las primeras palabras que recibí de un maestro del Tec, y desde esa vez no he dejado de sorprenderme.
A partir del primer día supe que mi vida iba a tener un ritmo diferente. En una de mis primeras clases mi profesor de física repartió iPads para utilizarlas durante la sesión y yo no sabía cómo usarlas, sin hacer tan evidente que no tenía ni idea de cómo regresar a la página de inicio le pedí ayuda con mucha pena a uno de mis compañeros y a partir de ese momento se me quitó la pena, fue en aquel instante que me di cuenta que no estaría sola y que siempre habría alguien que me apoyaría cuando lo necesitara.
Una de mis pasiones es bailar danza folklórica mexicana, al saber que en mi campus no había un taller decidí juntar firmas de mis compañeros a quienes también les gusta bailar y fue así como en el 2015 empezaron las clases de danza. Cada vez que nos presentamos a bailar recuerdo que mi país es rico en tradiciones, me encanta compartir la cultura mexicana a través de la danza.
Una de mis obligaciones como alumna es hacer servicio becario y servicio social, actividades que me han hecho crecer como ser humano de una forma impresionante. Con esto he conocido a grandes maestros de vida, he aprendido a servir con responsabilidad, amor y compromiso, esto no ha sido fácil, para mí es un proceso que analizo una vez que termina cada periodo, pues es cuando me doy cuenta de cuánto he crecido.
Cada semestre se vuelve más complicado, creo que ese es el propósito de la vida, ser más difícil cada vez. Los proyectos de cada materia se volvieron parte de mi vida cotidiana, durante mi primer semestre tuve un reto llamado Challenge NFL en donde varios estudiantes de Ingeniería Industrial nos reunimos 24 horas para resolver un problema de logística de partidos de la NFL. Así mismo, existe un proyecto anual llamado Challenge Innovo, este año consistió en crear una start up, en donde con mi equipo y nuestra idea EcoStreet logramos obtener un pase a las semifinales del concurso de ideas de negocio “La cueva de los lobos” realizado en Campus Querétaro.
Así como las actividades de clases también he tenido la oportunidad de participar en tres ediciones de la Semana i, esas semanas de trabajar en otra actividad diferente a mis clases estuvieron fuera de lo común, aprendí a trabajar en equipo, a resolver problemas y a hacer algo por el bien de mi país, son semanas que no quería que se terminaran.
Soy una persona que le encanta platicar y conocer a la gente que me rodea y así conocí a compañeros del Tec que estaban como voluntarios en un programa nacional de empoderamiento juvenil llamado SerVers, en donde jóvenes universitarios dan talleres a chavos de preparatorias públicas y da la casualidad que ellos mismos, años atrás, me dieron un taller cuando estaba en la preparatoria.
Estudiar Ingeniería Industrial y de sistemas no sólo ha transformado mi vida, ha transformado la vida de mis papás y hermanas, cada día cuando les comparto las experiencias de mi día a día veo sus caras de emoción; ellos son los primeros líderes del mañana que conocí, son un ejemplo de perseverancia, pasión y lucha por lo que más anhelan.
He aprendido infinidad de cosas durante mi estancia en el Tec, y una de ellas es a no darme por vencida ante lo que me apasiona y a utilizar mis conocimientos como herramienta para mejorar vidas.
Imagínate leyendo un libro, justo en la página final del primer capítulo, recuerdas cada detalle de lo que ha pasado y tal vez quisieras volver a leer esa parte, pero sucumbiendo ante la curiosidad y la emoción, decides pasar la página.
El 11 de agosto de 2014 yo decidí comenzar con el capítulo dos de esta historia; desde entonces han pasado ya 3 años como estudiante de Ingeniería en Biotecnología dentro del Tecnológico de Monterrey en Puebla. Cada uno de estos 6 semestres me ha enseñado más de lo marcado en el programa estudiantil, aunque no del mismo modo. Al principio fue difícil adaptarme al cambio, una nueva etapa comenzaba para mí y aunque emocionada por lo que continuaría con nostalgia recordaba lo que había dejado atrás.
Más tarde nuevas experiencias como el Reto Emprendedor y la Semana “i” pondrían a prueba mi capacidad aplicando competencias adquiridas en el aula o laboratorio y algunas propias en proyectos tales como el análisis del lago de Valsequillo. Poco a poco pude llamar “amigos” a aquellos compañeros que veía al principio como extraños, atreverme a probar diferentes talleres, llegando incluso a tocar con mi clarinete en “Beatlemanía” un ensamble organizado por Difusión Cultural en noviembre de 2015, asimismo encontraría en el canto una manera de expresarme por medio de lo que amo: “la música”.
Pero si algo he aprendido en este tiempo es lo importante que es no darse por vencido. Hay una frase que dice: “caemos para aprender a levantarnos”. Hace tres semestres comprendí cuán certero es esto. Después de tener un condicionamiento por no haber alcanzado el promedio requerido y en lugar de recuperarme haber reprobado una materia era como caer de nuevo sin haberse levantado. Entonces me surgieron dudas y reclamos, durante días no pensaba en otra cosa más que en los errores que había cometido, reprochándome por lo que no era y negándome el derecho de llamarme Líder del Mañana. Afortunadamente se me concedió otra oportunidad, pero más que eso el problema era: ¿Podía yo tener éxito cuando recientemente solo había probado el fracaso?
La respuesta no fue dándose de inmediato, cada día enfrentaba una lucha personal, muchas veces quería darme por vencida, pensé en cambiarme de carrera o irme por mi cuenta antes de volver a fallar; sin embargo, por alguna razón siempre decidía intentarlo de nuevo. Personalmente pienso que Dios, tal vez el destino, nos da una misión y no siempre se va dando de la manera que deseamos, pero si del modo que necesitamos. Al volver a cuarto y quinto semestre pensé en “hacerme una promesa”, no asegure que no fallaría de nuevo, pero en su lugar intentaría de nuevo cada vez que hiciera falta. Salí de ese condicionamiento en diciembre de 2016. Pero para entonces había aprendido algo más.
El tiempo aquí ha sido una experiencia enriquecedora, sobre todo porque he aprendido a reconocer el valor de la perseverancia, y la fuerza de voluntad. Creía que no tenía lo suficiente para ser parte de esta historia transformadora, pero a base de esfuerzo he sabido ver a través de mis propias dudas y he encontrado mi propio valor.
Cuando asistí al evento de bienvenida de la primera generación de Líderes del Mañana, guardé esta frase que quisiera compartir: “Y cuando creas que lo sabes todo, declárate principiante, que en la humildad de no saber nada está el apreciarlo todo y aspirar a más.”