Extraordinaria. No hay otra palabra que pueda describir mi experiencia dentro del Tecnológico de Monterrey. Voy a la mitad de mi carrera profesional y aún sigo sonriendo como el primer día al pasar por la entrada del campus, sintiendo mi corazón correr a mil por hora a la expectativa de lo que traerá el día. Pero lo más impactante es mirar atrás y darme cuenta de todo lo que ha cambiado a lo largo de estos dos años, principalmente a nivel personal.
Pienso que uno de los cambios más grandes durante mi estancia ha sido mi apreciación del mundo que me rodea; de las cosas y de las personas que conviven conmigo de manera diaria.
Antes de ingresar, estaba demasiado enfocado en mantener un promedio muy alto y en continuar con mis proyectos de ayuda social que no me daba el tiempo para nada más. Además, al querer hacerlo todo por mi cuenta, acababa con dolores de cabeza enormes. Estaba tan concentrado que perdía de vista otros aspectos de mi vida.
Poco a poco, conforme avanzaron los semestres y con las actividades que me ofrecía el Tecnológico fue que cambie varios de mis hábitos en todos los sentidos. En lo académico, dejé de preocuparme por cuanto tenía que sacar sino que me enfoqué en aprender, comprender y reflexionar lo que se me estaba enseñando. Lo mejor de ello es que las notas altas llegaron por si solas. Esto es gracioso porque cuando les digo a mis compañeros que lo importante no es cuanto saquen, sino cuanto aprenden siempre me dicen que no puedo decir eso con un promedio general de 97.
Cuando me integré a diversas asociaciones y grupos estudiantiles fue que comprendí el valor de la delegación de actividades y de que los demás pueden aportar muchísimo más de lo que yo pienso. Estando en las mesas directivas fue que entendí que no necesito estudiar biotecnología para apoyar a mis compañeros en su asociación; que puedo impactar desde mi área de conocimiento. Por eso, en mi actual proyecto social busco que la gente participe en todos los niveles del proyecto para nutrirlo y poderlo escalar a más personas.
La opción de inscribir actividades culturales o físicas me obligó a mejorar mi administración del tiempo. Ahora ya no me duele la cabeza del estrés, me duelen las piernas de correr a lo largo del estadio.
Pero más allá de eso, el conocer a las personas que me acompañan en las clases, mis amigos, los profesores, los administrativos, etc.; me ha enseñado a contemplar y admirar las cosas que están a mi alrededor. Gracias a la convivencia diaria con ellos, puedo detenerme a admirar lo bello que puede ser el amanecer desde el edificio del CEDETEC o lo bien que se siente la brisa en un día caluroso; agradecer que comenzamos un nuevo tema en clase, ser optimista ante un examen sorpresa y reír de lo sucedido.
El cambio más profundo que el Tec provocó en mí es que elevó mi sentido de lo que es trascender, de lo que realmente importa en la vida. Creo firmemente que he crecido como persona durante mi estancia aquí, que ya no veo la vida de la misma manera y, sobre todo, que puedo provocar un cambio mucho más profundo en la sociedad.
Estoy a punto de iniciar mi quinto semestre de carrera y no puedo ser más feliz; y es que hace dos años recibí en mis manos el reconocimiento por la distinción Líderes del Mañana, y en ese punto jamás me imagine que podría lograr tantas cosas que hoy día estoy haciendo realidad.
Estoy rodeado de maravillosos compañeros de la beca, y actualmente 10 de nosotros formamos parte de la empresa social EducArte conciencia, que este año fue seleccionado por FECHAC para encubarla, haciéndose realidad el proyecto que algún día hacía solo por mero amor al arte. En cuestiones laborales no puedo ser más feliz, en segundo semestre fui contratado por una maquiladora como Gerente de Recursos Humanos, después, fui aceptado en mi actual trabajo en FatFish, donde llevo un año laborando, empresa dedicada a la consultoría de restaurantes y tengo el puesto de Consultor Junior, aunque cuando la empresa buscaba alguien de último semestre, logré conseguirlo a mis 18 años.
El Tec ha cambiado de manera definitiva la forma en que veo mi vida, antes jamás me imaginaría emprender, pero hoy día dentro de mis proyectos está mi propia empresa llamada Vince Cross, la cual con un enfoque social e innovador en la industria de la moda, hoy forma parte de un programa de financiamientos donde fue seleccionada para participar por un fondo de $100,000.00 MN.
Cuando te dicen que el límite es el cielo, ITESM te demuestra que los límites no existen, son solo retos que debes vencer, porque eso es lo que te hace un borrego lleno de rayo emprendedor.
Tengo 19 años, y recibí el segundo lugar nacional de fotografía por PADF e IMJUVE, soy parte de los beneficiarios de una beca de movilidad para ir a Nueva York para temas de emprendimiento para resolver problemas sociales, tengo el primer lugar estatal en debate, entre muchas otras cosas que podría mencionar, pero que realmente son solo pasajeras en mi vida.
El ITESM me ha demostrado que soy un alumno capaz, que la pobreza no es un límite, este incluso puede ser tu mejor aliado, y que al contrario de lo que muchas personas piensan, México sí tiene gente que busca que este país sea mejor.
Son dos años desde que recibí esta beca y estoy la persona más agradecida por ello. Agradecido porque hubo un comité que creyó en mí, y que hoy día lo sigue haciendo, que me demostró que el ayudar a los demás no es solo sobre darles algo, es sobre mejorar su vida con acciones, con proyectos que transformen lo que no nos gusta de México. Tengo una familia, los líderes de mi campus, los líderes a nivel nacional, el día que escribo estas palabras somos 557 personas que comenzamos con sueños locos, pero que hoy en día ya estamos logrando cumplir con mucho amor, pasión, esfuerzo y humildad.
MI VIDA EN EL TEC
Mi nombre es Jerónimo Moreno Jiménez y soy Líder del Mañana de la segunda generación de Campus Chiapas, y las experiencias que he tenido gracias al Tec son muchas y únicas, y estoy muy agradecido por ello ya que ha transformado mi vida.
Yo soy de Chiapas de una comunidad que se llama Bachajón, al llegar a Tuxtla tuve que superar algunos obstáculos principalmente el cambio cultural, pero desde el momento que llegué al Tec mi perspectiva ha cambiado para bien.
Una de las experiencias que tengo, que lo anhelaba y pensaba que era difícil de lograrlo, es viajar en avión, es algo que lo quería hacer y lo tenía como una meta, pero nunca pensé que lo iba a lograr tan rápido, gracias al Tec ese sueño ya lo cumplí; este fue la primera de las tantas vivencias que tengo desde que empecé a ser parte de Líderes del Mañana. En el campus me he hecho amigo de muchas personas porque sinceramente los alumnos, profesores, los administrativos y el personal que tiene esta institución son muy amables.
Algo que me encanta de esta institución es que hace muchos eventos y actividades extracurriculares, y hace que nos formemos mejor para ser los que transformemos a México, porque el Tec nos infunde algo muy importante “el sentido humano”. En algunas materias nos motivan a crear proyectos sociales para competir, y son actividades que fomentan nuestro liderazgo.
Hace algunos días, en el mes de junio, el Tec nos invitó a asistir a un curso de inglés con la University of British Columbia (UBC), para mejorar nuestro nivel de inglés, gracias a Dios ya es mi tercer idioma, ya que además del español domino un idioma maya que es el tzeltal. El tiempo que estuve en Campus Monterrey será inolvidable porque además del curso hacíamos actividades para fomentar una buena relación entre todos.
Por último, les pido que demos lo mejor de nosotros mismos, para que en un futuro no tan lejano mejoremos juntos a México.
Actualmente soy estudiante de la carrera de Ingeniería en Mecatrónica. Desde que era niño tenía las ganas por entrar a una institución de alto nivel para realizar mis estudios profesionales, en muchas ocasiones escuchaba que el Tecnológico de Monterrey era una de las mejores instituciones que había y mi familia me comentaba que en un futuro yo podría entrar ahí si así me lo proponía.
El proceso para el cual tuve que pasar para entrar al programa de Líderes del Mañana fue el que marcó en su mayoría mi cambio como persona para poder sacar ese sentido humano que había en mí. Desarrollé muchas habilidades que ni siquiera sabía que tenía. Junto a mi equipo emprendí diversos proyectos de carácter social tales como ayudar en casas hogar y comedores infantiles, poco a poco fui avanzando y entusiasmándome más por entrar a Líderes del Mañana, y cuando llegó el día de los resultados tenía fe en que lo lograría y así fue, el esfuerzo que había realizado desde niño valió la pena.
El Tecnológico de Monterrey me ha brindado la oportunidad de realizar diversas actividades apoyando a la sociedad. El principal reto que se me ha presentado hasta ahora fue durante la Semana i, en donde realizamos un proyecto ecológico que consistía en realizar cartulinas recicladas reutilizables. Mi equipo y yo asistimos al INC Monterrey para representar a Campus Ciudad Juárez, pudimos desarrollar aún más nuevas ideas para el proyecto, tuvimos grandes experiencias sobre cómo innovar el mundo y nos hicieron saber que podemos alcanzar cualquier meta.
He participando en diversas conferencias para dar a conocer en qué consiste Líderes del Mañana en planteles escolares tales como COBACH y CBTIS, impulsando a los jóvenes a seguir adelante con sus metas contándoles mi historia y mi experiencia en el Tec.
Gracias al programa Líderes del Mañana pude lograr mi sueño de estudiar una carrera profesional en la mejor institución de mi país. Gracias también por seguir apoyando a los jóvenes que queremos un México diferente, juntos podremos hacer que las generaciones futuras vivan en un lugar mejor.
Líder del mañana- Tercera generación
Estudiante de Ingeniería en Desarrollo Sustentable. Campus Puebla
Durante mi primer año de vida estudiantil en el Tecnológico de Monterrey he sido capaz de desarrollar múltiples habilidades y adquirir nuevos aprendizajes. Al inicio, los primeros días estuvieron llenos de expectativas ya que me encontraba en un lugar completamente diferente. Con el transcurso de los días, pude darme cuenta de que el ambiente destinado a nuestro desarrollo era el óptimo pues nos encontrábamos ante un espacio en donde existe facilidad de socialización en armonía con personas preocupadas por nuestro crecimiento académico, quienes nos abren las puertas a impulsar nuestras mejores virtudes.
Desde el instante en que tuve conocimiento de ser aceptada en este programa, supe que mi vida tomaría una trayectoria bastante benéfica para mi desarrollo personal, lo cual he comprobado a lo largo de esta primera etapa. He conocido a directivos, profesores y estudiantes exitosos que te inspiran a mejorar y a desempeñar tu liderazgo de manera práctica.
En mi primer semestre, tuve la oportunidad de conocer a todos mis compañeros de la tercera generación en Campus Monterrey, lo cual fue una experiencia inolvidable ya que fortalecimos el compromiso que tenemos ante la sociedad y ante el grupo de directivos que, con su ejemplo, nos demostraron la importancia de la generación de proyectos destinados a la mejora de nuestro país.
Siguiendo esta idea decidí participar en un evento llamado Climathon Puebla 2016 organizado por el European Institute of Innovation&Technology (EIT) en el cual, trabajamos durante 24 horas para desarrollar una propuesta ante un problema climático en la ciudad de Puebla; me enorgullece mencionar que obtuvimos el tercer lugar al competir contra estudiantes de otras instituciones y de mayor grado académico.
Ante esta problemática y acorde a mi carrera (Ingeniería en Desarrollo Sustentable) decidimos crear el grupo estudiantil Campus Sustentable, en donde, junto con algunos compañeros y amigos, estamos planeando el desarrollo de proyectos que tengan un impacto ambiental para fungir como ejemplo para otras instituciones o comunidades. Uno de los primeros logros fue la organización de un evento de reforestación en un parque de la ciudad.
Frente a este grandioso comienzo, tengo la seguridad de poder lograr lo que me proponga para mejorar la vida de nuestros semejantes, ya que la ideología que se vive en el ITESM ha impactado en mi percepción y en mi vida.
Experiencia en ITESM
Mi nombre es Ivón Sandoval, hace exactamente un año que fui acreedora de la distinción Líderes del Mañana. Debo señalar que antes nunca imaginé estar aquí, nunca lo miré como una opción; sin embargo, se prestaron las oportunidades y después de un arduo proceso lo logré.
El ingresar al ITESM cambió mi vida desde que me encontraba en el proceso de admisión me retó a salir de mi zona de confort, cambió mi manera de desarrollarme en mi entorno, y me obligó a actuar con mayor confianza en mí misma.
Al estar ya dentro me dio la bienvenida con una gran familia, dónde juntos enfrentamos los retos que vienen por delante. También me ha brindado muchas oportunidades de crecimiento personal.
Uno de mis mayores retos y logros, fue Semana i, pero todo trabajo tiene sus frutos, el proyecto que realizamos como equipo me dejó muy satisfecha, pues además de que fuimos a representar a Juárez en el INC Mty, hoy en día estamos trabajando para desarrollarlo en nuestra comunidad.
También, el pertenecer a Líderes del Mañana muestra que somos ejemplo para nuestra gente de que podemos salir adelante. En una ocasión, sucedió algo que me dejó muy marcada, y que me inspira a trabajar y esforzarme el doble o triple.
Un día yo regresaba a casa en camión como de costumbre, pero como había sido un día pesado el sueño me estaba ganando, entonces un hombre que era un guardia de seguridad me preguntó si venía del trabajo porque me veía cansada. Yo le respondí diciendo que venía de la escuela, y el hombre se extrañó pues no había escuelas cerca de donde me subí, estaba cerca el Tec, pero el hombre ni lo consideró. Yo le respondí con honestidad diciendo que estudio en ITESM, y el hombre se sorprendió, y al ver su expresión, le conté que estudio allí porque cuento con una beca del 100%, y el hombre, aún más sorprendido me preguntó que cómo hice para lograrlo, así que le conté todo el proceso y como es que llegué allí, el hombre muy asombrado me felicitó, y no solo eso, si no que se emocionó al saber que existen este tipo de oportunidades, pensó en su hija, diciendo como es que era una niña muy inteligente y al escucharme dijo que le dio esperanza para su crecimiento, y qué día a día la motivaría para que ella fuera una más como nosotras.
Al final me deseó lo mejor, y se retiró. Pero fue esto lo que me hizo ver el impacto que podemos ser en las personas, como con algo pequeño podemos hacer un cambio.
Es aquí donde pienso que no exijamos un cambio, seamos el cambio que queremos ver.
Mi nombre es Itzel Gaona Bedolla estudio Derecho y soy parte de la tercera generación de Líderes del Mañana. Cierta vez me preguntaron qué significaba para mí el programa y la oportunidad de estar en el Tecnológico de Monterrey y la primera palabra que se me vino a la mente fue: parteaguas.
El diccionario nos dice que la palabra parteaguas significa la división de dos ríos o cuencas contiguos, y hasta aquí la palabra no tiene mucho sentido sin embargo a esta palabra es popularmente usada en nuestro país para separar el antes y el después de algo y eso es lo que ha sido el programa LDM en mi vida. No puedo imaginar a dos Itzel Gaona Bedolla más diferentes que aquella que aún esperaba los resultados de la beca y que no tenía idea de lo que haría con su vida y aquella que la ganó, que encontró nueva inspiración, nuevas pasiones y nuevos amigos.
La inspiración fue lo primero que adquirí durante la cúspide del parteaguas es decir en el viaje a Monterrey. Para la bienvenida recuerdo haberme sentido un poco escéptica preguntándome la razón de todo lo que estaban haciendo por mi pero luego pasó algo que me impactó demasiado, y fue darme cuenta de todas las personas que estaban detrás del programa, vendedores de boletos del Sorteo Tec, directivos, asociaciones, todos ellos que de alguna manera confiaron en nosotros y nos apoyan de la mejor manera posible.
En cuanto a mis nuevas pasiones debo confesar que aunque no se me hacía difícil expresar mis ideas tenia dificultad al hacerlo en público, por lo que ingresé al equipo de Debate Parlamentario de mi campus, y al momento he concursado en el Torneo Universitario de Debate realizado en el ITAM, el Torneo de Invierno Interuniversitario de Debate realizado en ITESM Morelia, el Torneo Amistoso de Debate realizado en la UMNSH en Morelia y, además, el concurso de Debate ITESM LED realizado en Morelia donde gané el primer lugar.
Otra pasión que he desarrollado al estar en el Tec son los idiomas, en este momento estoy estudiando alemán y francés los cuales pienso continuar el siguiente año.
En cuanto a los nuevos amigos son una de las cosas que más agradezco. Nunca imaginé encontrar personas que compartieran mis preocupaciones, gustos, sueños o que no lo hicieran y al mismo tiempo poder contrarrestar ideas de una manera tan complementaria. Al principio pensé que nunca iba a encajar, ahora no me imagino en ningún otro lugar y cada vez que estoy en el salón de clase o en cualquier parte del campus siento y sé que es aquí a donde pertenezco.
Gracias por darme una nueva familia.
Mi nombre es Irving Camacho Oviedo, tengo 20 años, estudio Ingeniería Industrial y de Sistemas en el Campus Central de Veracruz y pertenezco a la segunda generación de Líderes del Mañana.
Cuando inicié mi carrera estaba muy emocionado por haber sido aceptado, pero al mismo tiempo nervioso por el hecho de ingresar a un sistema diferente al que había estado acostumbrado toda mi vida y por convivir con personas acostumbradas a otro estilo de vida diferente al mío. Realmente mi verdadero reto no era el intelectual, era el emocional, ya que debía adaptarme a mi nueva escuela y a mis nuevos compañeros.
Mi primer mes en la escuela fue realmente un reto, no sólo tenía que adaptarme a un sistema totalmente tecnológico en donde las tareas tenían que ser subidas a una plataforma, también tenía que cumplir con el horario de mis nuevas clases formativas, culturales y deportivas. Por mi primera vez en mi vida estaba cuestionando una decisión tan importante, no sabía si realmente pertenecía a este sistema, porque, aunque tuviera el nivel necesario para cubrir el reto intelectual, quizás no era lo suficientemente fuerte mentalmente para vivir en el ambiente del Tecnológico de Monterrey.
Sin embargo, algo en mí no me permitía darme por vencido, por más difícil que fuera estar en este nuevo instituto mi familia me necesitaba y depositaron toda mi confianza en mí, así que tenía que sacar fuerzas para salir adelante y superar cualquier reto que tuviera que afrontar. Después de esa promesa las cosas cambiaron notablemente, comencé a sobresalir en mis clases, a hacer nuevos amigos, pero sobre todo me empecé a dar cuenta lo afortunado que era de recibir la beca. Se había convertido en una nueva oportunidad para lograr grandes cosas, cosas que quizás en otras circunstancias hubiera considerado imposibles.
Al terminar mi primer semestre todo era magnifico para mí, sentía como si toda mi vida hubiera pertenecido al sistema del Tecnológico de Monterrey, me agradaban mis nuevos amigos, mis profesores, mis materias, las personas con las que convivo a diario, las actividades que hacíamos y toda la infraestructura que estaba aprovechando. Mis calificaciones eran grandiosas y a pesar del poco tiempo que había estado en el Tec sabía que me había adaptado más rápido que muchos de los habían estado toda la preparatoria ahí.
Para mi segundo semestre ya me involucraba más en los eventos del campus, formaba parte de varias mesas estudiantiles como colaborador y formé grupos de estudio para ayudar a mis compañeros de clase. Fue así como finalmente en tercer semestre, SAINE, una mesa estudiantil enfocada a los negocios y emprendimiento, me invitó a participar como Coordinador de la Mesa en el Departamento de Finanzas y como Coordinador del mismo departamento para el Foro “Hacia dónde va México” en su segunda edición. Realmente fue un gran reto, ya que tenías que tener un completo control de mis tiempos para poder tener un desempeño satisfactorio en la parte académica y en la extracurricular, aquí fue donde entendí el concepto de networking, las responsabilidades que conlleva hacer un evento de esa magnitud y el gran trabajo que puedes lograr con un gran equipo, un grupo de personas multidisciplinario y al mismo tiempo afines a tus objetivos.
Mi desarrollo en el campus se había vuelto más interesante que nunca, mis materias me encantaban, el trabajo que hacía con mi mesa era trascendente, no sólo para la comunidad estudiantil sino también para nuestra comunidad dentro de mi localidad, incluso mi servicio becario era fenomenal ya que el Dr. Miguel Ángel López Mariño me dejaba aprender de su trabajo de investigación científica y me enseñaba cosas nuevas que aunque no eran 100% afines a mi carrera, enriquecían mi intelecto y mi pasión por la investigación.
Fue así como a mediados de cuarto semestre, mi director de carrera y varios profesores que habían observado mi desempeño y mi pasión por compartir el conocimiento, me ofrecieron ser parte de un nuevo programa en mi campus que consiste en brindar asesorías a estudiantes que necesitaran ayuda con las materias del área de físico-matemáticas. Dicho programa estaba coordinado como parte del modelo sincrónico que existe entre campus Central de Veracruz y Campus Puebla. De esta manera fue como el Tec me contrató por ver en mi las aptitudes necesarias y la mejor disposición para hacerlo, es un trabajo que hasta ahora ha dejado en mí grandes satisfacciones, ya que no estoy cumpliendo con una responsabilidad más, estoy depositando algo positivo en mis compañeros.
Finalmente, sólo me resta decir que no ha sido fácil mi estancia en el Tec, pero definitivamente ha sido reconfortante, pienso seguir hasta ahora con el mismo desempeño y seguir impactando con nuevos proyectos a mi comunidad.