Líder del mañana- Tercera generación
Estudiante de Ingeniería en Desarrollo Sustentable. Campus Puebla
Durante mi primer año de vida estudiantil en el Tecnológico de Monterrey he sido capaz de desarrollar múltiples habilidades y adquirir nuevos aprendizajes. Al inicio, los primeros días estuvieron llenos de expectativas ya que me encontraba en un lugar completamente diferente. Con el transcurso de los días, pude darme cuenta de que el ambiente destinado a nuestro desarrollo era el óptimo pues nos encontrábamos ante un espacio en donde existe facilidad de socialización en armonía con personas preocupadas por nuestro crecimiento académico, quienes nos abren las puertas a impulsar nuestras mejores virtudes.
Desde el instante en que tuve conocimiento de ser aceptada en este programa, supe que mi vida tomaría una trayectoria bastante benéfica para mi desarrollo personal, lo cual he comprobado a lo largo de esta primera etapa. He conocido a directivos, profesores y estudiantes exitosos que te inspiran a mejorar y a desempeñar tu liderazgo de manera práctica.
En mi primer semestre, tuve la oportunidad de conocer a todos mis compañeros de la tercera generación en Campus Monterrey, lo cual fue una experiencia inolvidable ya que fortalecimos el compromiso que tenemos ante la sociedad y ante el grupo de directivos que, con su ejemplo, nos demostraron la importancia de la generación de proyectos destinados a la mejora de nuestro país.
Siguiendo esta idea decidí participar en un evento llamado Climathon Puebla 2016 organizado por el European Institute of Innovation&Technology (EIT) en el cual, trabajamos durante 24 horas para desarrollar una propuesta ante un problema climático en la ciudad de Puebla; me enorgullece mencionar que obtuvimos el tercer lugar al competir contra estudiantes de otras instituciones y de mayor grado académico.
Ante esta problemática y acorde a mi carrera (Ingeniería en Desarrollo Sustentable) decidimos crear el grupo estudiantil Campus Sustentable, en donde, junto con algunos compañeros y amigos, estamos planeando el desarrollo de proyectos que tengan un impacto ambiental para fungir como ejemplo para otras instituciones o comunidades. Uno de los primeros logros fue la organización de un evento de reforestación en un parque de la ciudad.
Frente a este grandioso comienzo, tengo la seguridad de poder lograr lo que me proponga para mejorar la vida de nuestros semejantes, ya que la ideología que se vive en el ITESM ha impactado en mi percepción y en mi vida.
Actualmente soy estudiante de la carrera de Ingeniería en Mecatrónica. Desde que era niño tenía las ganas por entrar a una institución de alto nivel para realizar mis estudios profesionales, en muchas ocasiones escuchaba que el Tecnológico de Monterrey era una de las mejores instituciones que había y mi familia me comentaba que en un futuro yo podría entrar ahí si así me lo proponía.
El proceso para el cual tuve que pasar para entrar al programa de Líderes del Mañana fue el que marcó en su mayoría mi cambio como persona para poder sacar ese sentido humano que había en mí. Desarrollé muchas habilidades que ni siquiera sabía que tenía. Junto a mi equipo emprendí diversos proyectos de carácter social tales como ayudar en casas hogar y comedores infantiles, poco a poco fui avanzando y entusiasmándome más por entrar a Líderes del Mañana, y cuando llegó el día de los resultados tenía fe en que lo lograría y así fue, el esfuerzo que había realizado desde niño valió la pena.
El Tecnológico de Monterrey me ha brindado la oportunidad de realizar diversas actividades apoyando a la sociedad. El principal reto que se me ha presentado hasta ahora fue durante la Semana i, en donde realizamos un proyecto ecológico que consistía en realizar cartulinas recicladas reutilizables. Mi equipo y yo asistimos al INC Monterrey para representar a Campus Ciudad Juárez, pudimos desarrollar aún más nuevas ideas para el proyecto, tuvimos grandes experiencias sobre cómo innovar el mundo y nos hicieron saber que podemos alcanzar cualquier meta.
He participando en diversas conferencias para dar a conocer en qué consiste Líderes del Mañana en planteles escolares tales como COBACH y CBTIS, impulsando a los jóvenes a seguir adelante con sus metas contándoles mi historia y mi experiencia en el Tec.
Gracias al programa Líderes del Mañana pude lograr mi sueño de estudiar una carrera profesional en la mejor institución de mi país. Gracias también por seguir apoyando a los jóvenes que queremos un México diferente, juntos podremos hacer que las generaciones futuras vivan en un lugar mejor.
MI VIDA EN EL TEC
Mi nombre es Jerónimo Moreno Jiménez y soy Líder del Mañana de la segunda generación de Campus Chiapas, y las experiencias que he tenido gracias al Tec son muchas y únicas, y estoy muy agradecido por ello ya que ha transformado mi vida.
Yo soy de Chiapas de una comunidad que se llama Bachajón, al llegar a Tuxtla tuve que superar algunos obstáculos principalmente el cambio cultural, pero desde el momento que llegué al Tec mi perspectiva ha cambiado para bien.
Una de las experiencias que tengo, que lo anhelaba y pensaba que era difícil de lograrlo, es viajar en avión, es algo que lo quería hacer y lo tenía como una meta, pero nunca pensé que lo iba a lograr tan rápido, gracias al Tec ese sueño ya lo cumplí; este fue la primera de las tantas vivencias que tengo desde que empecé a ser parte de Líderes del Mañana. En el campus me he hecho amigo de muchas personas porque sinceramente los alumnos, profesores, los administrativos y el personal que tiene esta institución son muy amables.
Algo que me encanta de esta institución es que hace muchos eventos y actividades extracurriculares, y hace que nos formemos mejor para ser los que transformemos a México, porque el Tec nos infunde algo muy importante “el sentido humano”. En algunas materias nos motivan a crear proyectos sociales para competir, y son actividades que fomentan nuestro liderazgo.
Hace algunos días, en el mes de junio, el Tec nos invitó a asistir a un curso de inglés con la University of British Columbia (UBC), para mejorar nuestro nivel de inglés, gracias a Dios ya es mi tercer idioma, ya que además del español domino un idioma maya que es el tzeltal. El tiempo que estuve en Campus Monterrey será inolvidable porque además del curso hacíamos actividades para fomentar una buena relación entre todos.
Por último, les pido que demos lo mejor de nosotros mismos, para que en un futuro no tan lejano mejoremos juntos a México.
Estoy a punto de iniciar mi quinto semestre de carrera y no puedo ser más feliz; y es que hace dos años recibí en mis manos el reconocimiento por la distinción Líderes del Mañana, y en ese punto jamás me imagine que podría lograr tantas cosas que hoy día estoy haciendo realidad.
Estoy rodeado de maravillosos compañeros de la beca, y actualmente 10 de nosotros formamos parte de la empresa social EducArte conciencia, que este año fue seleccionado por FECHAC para encubarla, haciéndose realidad el proyecto que algún día hacía solo por mero amor al arte. En cuestiones laborales no puedo ser más feliz, en segundo semestre fui contratado por una maquiladora como Gerente de Recursos Humanos, después, fui aceptado en mi actual trabajo en FatFish, donde llevo un año laborando, empresa dedicada a la consultoría de restaurantes y tengo el puesto de Consultor Junior, aunque cuando la empresa buscaba alguien de último semestre, logré conseguirlo a mis 18 años.
El Tec ha cambiado de manera definitiva la forma en que veo mi vida, antes jamás me imaginaría emprender, pero hoy día dentro de mis proyectos está mi propia empresa llamada Vince Cross, la cual con un enfoque social e innovador en la industria de la moda, hoy forma parte de un programa de financiamientos donde fue seleccionada para participar por un fondo de $100,000.00 MN.
Cuando te dicen que el límite es el cielo, ITESM te demuestra que los límites no existen, son solo retos que debes vencer, porque eso es lo que te hace un borrego lleno de rayo emprendedor.
Tengo 19 años, y recibí el segundo lugar nacional de fotografía por PADF e IMJUVE, soy parte de los beneficiarios de una beca de movilidad para ir a Nueva York para temas de emprendimiento para resolver problemas sociales, tengo el primer lugar estatal en debate, entre muchas otras cosas que podría mencionar, pero que realmente son solo pasajeras en mi vida.
El ITESM me ha demostrado que soy un alumno capaz, que la pobreza no es un límite, este incluso puede ser tu mejor aliado, y que al contrario de lo que muchas personas piensan, México sí tiene gente que busca que este país sea mejor.
Son dos años desde que recibí esta beca y estoy la persona más agradecida por ello. Agradecido porque hubo un comité que creyó en mí, y que hoy día lo sigue haciendo, que me demostró que el ayudar a los demás no es solo sobre darles algo, es sobre mejorar su vida con acciones, con proyectos que transformen lo que no nos gusta de México. Tengo una familia, los líderes de mi campus, los líderes a nivel nacional, el día que escribo estas palabras somos 557 personas que comenzamos con sueños locos, pero que hoy en día ya estamos logrando cumplir con mucho amor, pasión, esfuerzo y humildad.
Extraordinaria. No hay otra palabra que pueda describir mi experiencia dentro del Tecnológico de Monterrey. Voy a la mitad de mi carrera profesional y aún sigo sonriendo como el primer día al pasar por la entrada del campus, sintiendo mi corazón correr a mil por hora a la expectativa de lo que traerá el día. Pero lo más impactante es mirar atrás y darme cuenta de todo lo que ha cambiado a lo largo de estos dos años, principalmente a nivel personal.
Pienso que uno de los cambios más grandes durante mi estancia ha sido mi apreciación del mundo que me rodea; de las cosas y de las personas que conviven conmigo de manera diaria.
Antes de ingresar, estaba demasiado enfocado en mantener un promedio muy alto y en continuar con mis proyectos de ayuda social que no me daba el tiempo para nada más. Además, al querer hacerlo todo por mi cuenta, acababa con dolores de cabeza enormes. Estaba tan concentrado que perdía de vista otros aspectos de mi vida.
Poco a poco, conforme avanzaron los semestres y con las actividades que me ofrecía el Tecnológico fue que cambie varios de mis hábitos en todos los sentidos. En lo académico, dejé de preocuparme por cuanto tenía que sacar sino que me enfoqué en aprender, comprender y reflexionar lo que se me estaba enseñando. Lo mejor de ello es que las notas altas llegaron por si solas. Esto es gracioso porque cuando les digo a mis compañeros que lo importante no es cuanto saquen, sino cuanto aprenden siempre me dicen que no puedo decir eso con un promedio general de 97.
Cuando me integré a diversas asociaciones y grupos estudiantiles fue que comprendí el valor de la delegación de actividades y de que los demás pueden aportar muchísimo más de lo que yo pienso. Estando en las mesas directivas fue que entendí que no necesito estudiar biotecnología para apoyar a mis compañeros en su asociación; que puedo impactar desde mi área de conocimiento. Por eso, en mi actual proyecto social busco que la gente participe en todos los niveles del proyecto para nutrirlo y poderlo escalar a más personas.
La opción de inscribir actividades culturales o físicas me obligó a mejorar mi administración del tiempo. Ahora ya no me duele la cabeza del estrés, me duelen las piernas de correr a lo largo del estadio.
Pero más allá de eso, el conocer a las personas que me acompañan en las clases, mis amigos, los profesores, los administrativos, etc.; me ha enseñado a contemplar y admirar las cosas que están a mi alrededor. Gracias a la convivencia diaria con ellos, puedo detenerme a admirar lo bello que puede ser el amanecer desde el edificio del CEDETEC o lo bien que se siente la brisa en un día caluroso; agradecer que comenzamos un nuevo tema en clase, ser optimista ante un examen sorpresa y reír de lo sucedido.
El cambio más profundo que el Tec provocó en mí es que elevó mi sentido de lo que es trascender, de lo que realmente importa en la vida. Creo firmemente que he crecido como persona durante mi estancia aquí, que ya no veo la vida de la misma manera y, sobre todo, que puedo provocar un cambio mucho más profundo en la sociedad.
Hablar de mi experiencia en el Tecnológico de Monterrey Campus Saltillo es hablar de una vida completa, un tiempo que para mí se me ha hecho el más significantivo y sobretodo el más feliz. Mi vida ha cambiado totalmente, no solo por lo que he aprendido para mi carrera si no por todo el cambio que he tenido en mi persona y en mi entorno. El Tec cambia no solo tu ambiente de estudio, sino que también te cambia de todo a todo y sinceramente no sé qué adjetivo pueda describir tanta felicidad.
Para hablar de cómo el Tec cambió mi vida tengo que hablar un poco de cómo me sentía antes de llegar aquí. Hace más de 3 años vivía una vida algo difícil, mi forma de ver la vida y mi futuro estaban muy opacados por el ambiente en el que vivía en mis anteriores escuelas. Durante la secundaria me sentía muy oprimido por la sociedad, incluso me cuesta decir que sufría mucho de bullying algo que me detenía en mi visión hacia un futuro próspero.
Pero mis ganas de seguir adelante seguían estando ahí y luché a pesar de toda adversidad y poco a poco eso fue lo que me dio fuerzas para estar en donde estoy actualmente. Todo el panorama desde las instalaciones hasta el trato de la gente me pareció simplemente sorpréndete. Nunca pensé que existiría un lugar como el Tec y mucho menos pensé que iba estar actualmente en un mundo como este.
Me ha dado muchísimas herramientas para superarme, me ha dado esa visión de un futuro mejor para mí, para mi familia y para mi sociedad. El Tec simplemente me dio unas alas que yo desde hace muchísimo tiempo estaba buscando, subió mi autoestima, mi forma de ver a la gente y de desarrollarme en un ambiente mucho más sano.
Al principio me sentía medio temeroso por el hecho de que se me hacía un ambiente totalmente diferente. Ahora es todo lo contrario, he tenido nuevos amigos y gente que en verdad me quiere ver adelante y de los cuales yo estoy totalmente agradecido. Durante el primer año de mi estancia en el Tec tuve una pérdida muy significante en mi vida ya que mi abuelo falleció un semestre después de haber entrado a la universidad. Pero gracias al Tec él pudo ver antes un gran orgullo en mi vida y ver su cara de felicidad cuando vino a mi ceremonia de entrega de la distinción de Líderes del Mañana, fue algo que me marcó. Después de lo sucedido una de mis grandes fortalezas para seguir adelante ha sido luchar por la promesa de graduarme que le hice a mi abuelo.
El Tec me ha brindado algo que es muy difícil de conseguir en un ambiente como en el que yo vivía: oportunidades, esperanzas de un futuro, ayudar a los demás, pero sobre todo esas ganas de vivir y de seguir adelante. Simplemente, como un ejemplo, ahora estoy trabajando en un proyecto muy importante, ya que formo parte del desarrollo del proyecto arquitectónico para la construcción del Campus Arteaga del Tecnológico de Saltillo en Coahuila. Esta experiencia no habría sido posible de no haber sido por el Tec.
En el Tec ya he hecho de todo, desde experimentar sus clases y aquellos viajes a lugares que nunca había ido como la visita a Ciudad de México, la cual me impactó muchísimo; así como las experiencias que me he llevado en los grupos estudiantiles, culturales y deportivos. En grupos estudiantiles hemos ayudado mucho en actividades en beneficio de la sociedad. Hablando de temas culturales he participado en talleres de pintura y de dibujo, y deportivamente me he llevado experiencias en torneos, así como también momentos grises como cuando me rompí la clavícula en el equipo de americano. También hablando en cuanto a las malas situaciones, mucha s de ellas no las habría superado de no ser por la ayuda del Tec como cuando tuve una cirugía en plena Semana.
Para finalizar simplemente quiero agradecer por todo. El Tec ha sido maravilloso y quisiera que las próximas generaciones vivan lo que yo estoy viviendo. El Tec cambia hasta a tu familia, el orgullo y la felicidad de llegar después de un día de arduo trabajo en la escuela y ver a tu mamá que te recibe con orgullo y felicidad, marca un punto de felicidad en la familia.
El Tecnológico de Monterrey es la mejor universidad de México no sólo por su nivel académico sino también por la ayuda que brinda a sus alumnos. Muchas Gracias.
Llegó el primer día de clases, salí de mi nuevo cuarto y fui al campus, era apenas la segunda vez que caminaba ese recorrido y fue hasta que salí de mi primera clase que me di cuenta que no era un sueño, que era real.
Un año más tarde, recuerdo aquellos primeros días y me doy cuenta como el Tecnológico de Monterrey me ha cambiado. Volteo hacia atrás y puedo ver el crecimiento que he tenido como persona. Dentro de algunos años, cuando me gradúe, saldré no sólo con un título en mano, si no con miles de experiencias, competencias invaluables y siendo más fuerte de lo que era.
He aprendido mucho, no sólo las cosas específicas de la carrera, si no valiosas lecciones de vida. Estudiar en el Tec me ha abierto nuevos horizontes y me ha enseñado a aspirar a metas que quizá antes me parecían inalcanzables. Una vez alguien me dijo que dentro del Tec, te ponen la vara cada vez más alta, pero me di cuenta de que eso no es cierto. Es el Tec el que te enseña y te motiva a que tú mismo te retes cada vez a ser mejor y llegar más lejos.
Antes era imposible para mí acercarme a alguien y mantener una charla, me era tan difícil esa parte de socializar. De todas de clases formativas que el Tec ofrece elegí Hablar en Público. Hoy, dos semestres después, quiero ser locutor de la estación de radio de mi campus. Y no, no todo era juegos y diversión, había días llenos de trabajos, proyectos y actividades. Eran momentos cuando sólo quería hacerme bolita en mi cama y esperar a que todo se fuera. Son esos momentos de debilidad y frustración de los que más he aprendido, los que me han hecho resiliente, organizado y responsable.
Así como hay situaciones difíciles, también existen momentos que te marcan para siempre, no por ser malos, sino por lo bellos que son. Dentro del Tec, no se está sólo con chicos como tú. He tenido la oportunidad de tener amigos de todas partes de México y del mundo. He convivido y encontrado desde amigos que vivían a unos cuantos minutos de mi casa hasta amigos extranjeros de ciudades de las que nunca había escuchado, y lo mejor es que todos y cada uno de ellos te aceptan tal y como eres. De ahí he aprendido a ser como verdaderamente soy y encontrar los mejores aspectos de mí. La diversidad que tiene mi universidad me ha dado mucha confianza.
Ahora tengo más confianza en mí mismo, soy más amigable, más extrovertido. Este año me ha dado de las mejores experiencias de toda mi vida, verdaderamente he ganado madurez con las responsabilidades que tengo, he aprendido a rechazar el tiempo libre, a exprimir cada minuto del día y ocuparlo en actividades de aprendizaje, ya sean prácticas o teóricas. Es gracias al programa Líderes del Mañana que mi vida ha sido tan enriquecida. La universidad es una experiencia que jamás olvidaré y que deseo que todos los estudiantes puedan vivir y así como me está transformando a mí, pueda alcanzar a muchos jóvenes más.
Mi nombre es Jorge Luis Becerra Rojas y curso actualmente la carrera de Ingeniería Industrial y Sistemas en Campus Zacatecas.
Cuando estaba a un paso de terminar la educación media superior llegaron ciertas dudas sobre si podría seguir estudiando, o si el factor económico impediría que se hiciera posible.
Hasta que al día de hoy sigo agradeciendo la visita del promotor de becas Gabriel Tello del campus de mi estado, ya que tuve la oportunidad de escuchar su presentación en la cual se tocó un punto clave: la beca Líderes del Mañana.
Nos explicó el funcionamiento, los beneficios que ésta tenía, todo el esfuerzo que el Tec estaba haciendo para ofrecer estas oportunidades a jóvenes como yo, que teníamos una trayectoria estudiantil muy buena, pero que desgraciadamente no contábamos con los recursos para solventar los gastos que conlleva una colegiatura.
El proceso fue largo, cansado y difícil pero es comprensible, es una beca del 100% en la mejor universidad de México. He de confesar que estuve a un paso de rendirme y dejar pasar la oportunidad, por suerte una llamada de mi promotor Gabriel a altas horas de la noche me dio una motivación fuertísima de que yo podía, y si yo quería yo lo podría conseguir.
Me puse a pensar que era lo que en verdad quería, si ser conformista con que así nos tocó vivir o aceptar el reto.
Aún sin formar parte del Tec ya me había enseñado algo, me enseñó que se tienen que tomar decisiones y cuándo era el momento de actuar, ese era el momento.
Continúe con el proceso de selección y todos los filtros requeridos ahora ya con la motivación extra y el incondicional amor de mi madre, fue así cuando por fin se cumplió lo que tanto esperábamos, formar parte de la tercera generación de Líderes del Mañana.
Al ver el rostro de mi madre lleno de lágrimas de felicidad y de orgullo al ver lo que había conseguido me di cuenta de que todo había valido la pena y que quería seguir viendo esa cara siempre. Ella es y seguirá siendo mi principal motor de salir adelante, de ella aprendí a nunca rendirme, a que todo esfuerzo tiene su recompensa, es mi motivación.
El Tec me enseñó a conocerme a mí mismo, a trabajar en equipo, a tener bien claros los objetivos y también a cómo conseguirlos. En poco tiempo, el Tec simplemente le dio un giro de 180° a mi vida, iba quizá por el camino equivocado y gracias a esa oportunidad que se me ha brindado ahora sé qué es lo que quiero: ser mejor cada día para que en un futuro este México tenga una cara distinta, soy de las personas que piensan que el verdadero cambio comienza por uno mismo.
La meta latente es llegar al final, hasta donde tope, sin dejar de agradecer de todo corazón a todas las personas que participan en este gran proyecto y que hicieron posible realizar mi sueño.
¡El Tecnológico de Monterrey cambió mi vida!