Mi madre se casó a los 19 años. Ella no terminó de estudiar la secundaria porque no tenía 15 pesos para tomarse una foto que aparecería en su título. Mi padre estudió para ser contador privado, pero nunca ejerció porque no encontró trabajo. La precariedad de mi familia, mi nacimiento y el de mi hermana, obligó a mi padre a moverse de país. Fue tras el sueño americano y se fue de “mojado” a los Estados Unidos por 10 años, volvió cuando yo tenía 11 años de edad, y desde entonces trabaja como taxista de medio tiempo.
Un día, cansada de tanta necesidad, humillaciones y discriminación, mi madre hizo que un sueño se volviera realidad en nosotras: el tener una educación de calidad que comenzara desde casa. A la edad de cuatro años, me enseñó a leer y escribir. Poco a poco me formó para que fuera fuerte y con un carácter determinado, ella no quería que dependiera de nadie más y me lo hacía saber todos los días diciendo: “No necesitas de un hombre, lo puedes todo sola”. Después de las lecciones, me hacía preguntas de la vida o me leía libros para que pudiera reflexionar. La frase que marcaba el fin del día era: “tú no eres igual a los demás, llegarás muy lejos, estudiarás en los mejores lugares”.
Fui creciendo con esa determinación, fui premiada en la escuela por mis esfuerzos en las áreas de ciencia y tecnología, pero dentro de mí eso no era suficiente, porque en mi filosofía de vida, el buscar un reconocimiento es llenar un vacío; las acciones deben medirse desde la introspección de saber porqué las haces, y para mí se deben hacer para el bien con los otros, por el simple hecho de que todos somos humanos.
Quería ayudar con urgencia a mi comunidad, entonces empecé un proyecto de alfabetización a adultos mayores y niños por medio de una galería de autores contemporáneos. Durante los dos años que trabajé en él se lograron atender a ocho mil personas. Llegó el momento de dejar el proyecto, pues tenía que buscar cómo estudiar una carrera profesional.
Así fue como me informé de las becas existentes y llegó a mí el programa Líderes del Mañana; fue como ganarme la lotería. El ganar la distinción y estudiar en el Tec de Monterrey cambió completamente el rumbo de mi familia y nos dio esperanza.
Actualmente estudio biotecnología y tengo tres años en el Tec de Monterrey. El Tec me enseñó lo productiva que era mi área laboral, me mostró que podía trabajar en los mejores laboratorios y crear tecnología, pero luego vino a mi la pregunta ¿qué pasará con mi comunidad?
Entonces, en 2017, fundé La Sociedad Científica Juvenil (SCJ) en el estado de Campeche, con el objetivo de divulgar la ciencia y la tecnología para animar a los jóvenes a ser partícipes de los adelantos científicos; enseñarles con talleres especializados en un área científica que hay un mundo diferente a su realidad cotidiana, y ayudarlos a encontrar becas para que continúen con sus estudios, entre otros.
Durante mi presidencia, el alcance de la SCJ fue de 15 mil personas en el estado. El proyecto se volvió muy grande, entendí que mi trabajo estaba hecho. Actualmente la SCJ está funcionando y miles de jóvenes están siendo beneficiados.
Entendí que uno de los mayores problemas en México era el rezago social. Al leer ensayos sobre la solidaridad, exploté, recorrí ríos frescos de ideas, me sentí llena, pero también profundamente triste, ¿qué pasa con México?
Comprendí que era urgente trabajar por mis similares con coraje y dedicación, de esa manera, tomé el reto de formar parte del Semestre i en Chiapas. Sabía que tenía que hacer algo por las comunidades más desprotegidas; no tenía ni la menor idea de lo que verdaderamente eran esos niveles de abandono por parte de la comunidad occidental.
Durante este semestre comencé a trabajar con las parteras tradicionales del municipio de Tenejapa, Chiapas. Ellas también son víctimas de la exclusión social. La labor de estas mujeres en las comunidades es de gran relevancia, están llenas de conocimiento ancestral de las primeras civilizaciones. Escuchar a una partera contarte en tseltal sobre cómo traer seres humanos al mundo, no solo te hace vivir, te hace ver la bondad que comparten los unos con los otros, te hace ver la verdadera solidaridad, ver como las personas son felices aunque solo tomen agua caliente, aunque no tengan zapatos y estén destinados a morir por una infección estomacal por la mala calidad del agua o por dar a luz, ellos viven el día a día. Puedo decir que por primera vez me sentí parte de un lugar, me siento hija de la Tierra sin importar lo que vista, me siento igual a mis semejantes, siento amor profundo y sincero por mis hermanos chiapanecos.
Me uní al proyecto de construcción de casas para parteras que comenzaron algunos profesores del Tec de Monterrey hace dos años. Aquí también se busca crear inclusión social mediante la validación de los derechos humanos y constitucionales.
Actualmente trabajo con un grupo de ingenieros y arquitectos en el diseño de las casas de partería con arquitectura sustentable, a la que también llamamos “dispositivo social”, ya que es un espacio en donde se propicia el generar lazos de comunidad y que las personas puedan proponer mejoras, que se puedan generar líderes responsables o sociales que trabajen en pro de la comunidad de Cruzchén.
Gracias a este proyecto, conocí más a fondo las problemáticas en Chiapas y en el sur de México, y a partir de ello nació la asociación civil llamada “Proyecto Aliyel en Libertad”. Aliyel en tzeltal significa niñez, por lo tanto en español significa “Proyecto Niñez en Libertad” o PAL. La A. C. Proyecto Aliyel en Libertad busca crear no solo casas de partería, sino un espacio multifuncional para diversas tareas haciendo uso de la arquitectura sustentable, no atacando solo el problema de la muerte materna e infantil, sino también el problema de exclusión mediante validación de derechos y políticas públicas.
Su propósito es generar inclusión social en las comunidades vulnerables, así como espacios de conocimiento que les permitan conocer y validar sus derechos, además de enseñarles sobre la importancia de la educación para así generar condiciones mejores de vida y de salud física.
El proyecto es de suma importancia para que las comunidades puedan ser escuchadas y respetadas. La fe que las comunidades le tienen al proyecto nos hace trabajar sin descanso, nos hace entender que todas las personas tienen derecho a tener las mismas oportunidades por el simple hecho de ser seres humanos.
Solo quiero recordarles a todos los Líderes del Mañana que jamás olviden de dónde vienen y a dónde quieren llegar para ayudar a sus semejantes de la manera más humilde y amorosa posible.
Cada uno aquí es una revolución, imagínense a cada uno de ustedes ayudando a sus comunidades, mostrando que otro mundo es posible y no lo digo como una utopía, sino como un deseo inherente, un grito desesperado que ya comenzó y nadie va a parar.
Mi historia es de lucha, esfuerzo y metas por cumplir, hoy la comparto para que conozcan cómo Líderes del Mañana está transformando la historia de cientos de jóvenes, que como yo deseamos cambiar a México.
Nací en Sabinas Coahuila; crecí solo con mi mamá, papá murió cuando era niño. Mamá ha sido un ejemplo increíble de enorme voluntad, de niña sufrió un accidente y perdió la movilidad de una mano y un pie, por eso le ha costado mucho encontrar trabajos para sacarnos adelante. Para ayudarla, comencé a trabajar durante la preparatoria, al terminar, pensé en irme al ejército o trabajar de tiempo completo. ¡Estudiar en el Tec de Monterrey era algo que jamás imaginé!
Cuando vi la convocatoria del Programa Líderes del Mañana pensé: ¡Me están buscando a mí! Hoy estudio Biociencias porque quiero ser investigador y curar la diabetes, sé y siento que ese es mi camino.
Desde los 14 años participo con la Fundación MásFe, en Sabinas, que apoya a mujeres que padecen cáncer de mama, a niños y adultos mayores de escasos recursos. También en Sabinas, por dos años coordiné el Movimiento Pandillas de la Amistad que trabaja en la reinserción de los jóvenes a través de la evangelización.
Cuando llegué al Tec, quería seguir trabajando a favor de los jóvenes, me vinculé con DistritoTec y empecé a crear un proyecto en la zona de La Campana, N.L., en el CBTIS 99 (Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios), en donde existe un alto índice de deserción escolar, más del 60 por ciento de los chavos abandonan sus estudios por causas económicas, familiares o por conflictos que existen en la zona.
Necesitábamos motivarlos para que no faltaran a la escuela; platiqué con ellos y descubrí que estaban interesados en actividades deportivas y culturales a las que no tenían acceso. Lancé un llamado a compañeros del Tec que sabían canto, danza, parkour e idiomas, para que compartieran con los chavos sus conocimientos. Los primeros en unirse fueron mis compañeros de Líderes del Mañana, empezamos como un voluntariado y hoy colaboramos más de 35 jóvenes y somos una opción de servicio social para todos los alumnos del Tec.
Ayudamos a los chavos a que también reflexionen sobre ¿a dónde van? y ¿hasta dónde quieren llegar? Al finalizar los talleres, organizamos un evento de clausura en el Tec de Monterrey con pláticas y dinámicas para promover la integración y el trabajo en equipo. Todo lo que hacemos es para que ellos se den cuenta que el estudio es indispensable para un mejor futuro.
Ahora, después de dos años, en el CBTIS 99 los jóvenes se han vuelto más participativos y se han integrado como una comunidad. Yo quiero que este proyecto sea un modelo replicable para otras zonas con ambientes similares.
Trabajar con los jóvenes es una de mis grandes pasiones. Durante el verano, junto con más jóvenes de Sabinas, Coahuila, de diversas universidades, vamos a impartir un campamento de robótica y biotecnología para adolescentes.
Yo les digo a mis compañeros que se sumaron a este esfuerzo, que nosotros que tenemos el privilegio de estudiar una carrera universitaria, necesitamos devolverle algo de lo que ahora sabemos al lugar que nos vio crecer.
El Tec de Monterrey me da la posibilidad de vincularme con proyectos y expertos de todo el mundo para cumplir mi más grande reto: curar la diabetes, además puedo seguir trabajando con y para los jóvenes de mi país.
Un día mi madre me dijo: “No hay nadie mejor que tú para hacer realidad tus sueños”, gracias a Líderes del Mañana estoy cumpliendo esos sueños porque creen en el potencial de nosotros los jóvenes.
Desde que estudio en el Tecnológico de Monterrey gracias a la distinción de Líderes del Mañana, vivo despierto un sueño, el cual no quiero dejar de soñar jamás.
Nací en Saltillo, Coahuila, y actualmente estudio el 9.º semestre de la carrera de Ingeniería en Innovación y Desarrollo en el Campus Monterrey. Soy Embajador Tec y Miembro de Líderes con Sentido Humano.
El Tec de Monterrey y Líderes del Mañana me han impulsado a trascender fronteras, gracias a ellos y a mis participaciones en grupos sociales y en diferentes concursos de oratoria, declamación, escritura filosófica, creación de prototipos tecnológicos y didácticos, debate político, redacción de investigación documental y tesis científicas, he podido tener grandes logros.
Representar a México en más de siete países con certificaciones y primeros lugares internacionales; participar en más de 320 concursos y actividades; impartir conferencias para más de 1,500 jóvenes, algunos de ellos han solicitado ingresar al programa Líderes del Mañana y hoy, orgullosamente, también son alumnos pertenecientes a alguna generación.
Fui elegido para ser diputado por dos días en el Congreso de Coahuila; fui campeón estatal en concurso de oratoria, de debate político, y de escritura filosófica, entre otros; gané cuatro veces campeonatos nacionales en concursos de tecnología y prototipos; fui subcampeón internacional de declamación en Colombia, en 2013, y representante mexicano en el Encuentro de Jóvenes Investigadores en Salamanca, España, en el 2014. Gracias a mi trayectoria académica y extracurricular, fui uno de los elegidos de 18 países para asistir al Congreso Mundial de Liderazgo en Dubái, en 2016.
Gracias a participaciones altruistas, fui seleccionado para participar en un evento social convocado por NICE, UNESCO y HSBC, en Japón 2016. Por otra parte, después de competir con otros 500 alumnos selectos de distintas universidades del país, fui uno de los afortunados seleccionados para representar a la Delegación Mexicana en un verano internacional y laboral en una de las mejores empresas del mundo: Disney.
Estando en Disney, hubo un concurso internacional para estudiantes de ingeniería, y logré obtener uno de los 50 lugares para asistir; en dicho evento, después de resolver ciertos retos ingenieriles en equipo, obtuvimos el segundo lugar.
Desde el 2014 soy fundador del proyecto “Jóvenes sin límites, mundo sin fronteras”, e integrante de dos grupos altruistas en Coahuila. De entre 200 solicitantes, fui elegido para ser embajador del Tecnológico de Monterrey 2017-2018, honorífico cargo que me permite inspirar a otros jóvenes en el país; como premio, se me ha dado la oportunidad de poder viajar y tomar un curso de liderazgo durante el verano de 2018 en Harvard University y Massachusetts Institute of Technology.
Tuve la oportunidad de realizar el Verano i en Costa Rica para trabajar en temas de emprendimiento a beneficio de refugiados, en conjunto con la ONU-ACNUR.
Este próximo semestre, realizaré un internship en Miami, estaré trabajando de tiempo completo en una empresa, adquiriendo experiencia laboral y a la vez revalidando materias de mi plan de estudios.
Hoy le doy gracias de todo corazón a Líderes del Mañana y a todas las personas que transforman mi vida cada día. Todos ellos son esos ángeles humanos que hacen posible que hoy estudie en la mejor universidad y que mi presente pueda proyectar realmente un futuro, gracias al mejor regalo obtenido en la vida: la educación profesional.
Gracias al empeño que he puesto en mi educación, a las ganas de superarme y de contribuir a mejorar nuestra sociedad y al apoyo de muchas personas, logré formar parte de la primera generación de Líderes del Mañana.
Actualmente estoy por iniciar mis rotaciones clínicas de la carrera de Médico Cirujano en el Campus Guadalajara, y mi experiencia en estos años ha sido increíble. Vivir en una ciudad diferente, hacer nuevos amigos y todo el aprendizaje que he adquirido dentro y fuera del aula, me han ayudado a crecer mucho como persona.
En mi carrera, me he esforzado por mantener buenas calificaciones, y gracias a mi desempeño académico mis profesores me han invitado a colaborar con ellos; los dos veranos pasados realicé prácticas en el Centro de Retina Médica y Quirúrgica en el Hospital Puerta de Hierro; y este verano colaboré con el director de la carrera de Medicina, quien también es un distinguido neurocirujano.
Además, en las Sociedades Académicas a las que pertenezco puedo explorar aquellas áreas que me interesan. En el grupo estudiantil Women Interested in Surgical Education, WISE, a través de cursos y conferencias buscamos motivar y brindar más información a todos los estudiantes interesados en el mundo de la cirugía; brindamos actividades para el empoderamiento de la mujer; fomentamos una mejor convivencia dentro de nuestra escuela, y llevamos a cabo recaudación de fondos para organizaciones que apoyan a la comunidad.
También apoyo a otros compañeros a través de un grupo de “Disección”, en el que ofrecemos asesorías para los alumnos de Medicina y Salud que están cursando las materias de Morfofisiología y Disección de piezas anatómicas.
Con la finalidad de apoyarnos con nuestros gastos de manutención, nos han dado la oportunidad de trabajar dentro de la institución, esto no solo ha representado un apoyo económico para mí y mi familia, sino también ha sido una oportunidad de aprendizaje; actualmente soy asistente de proyectos de varios profesores del área de Ciencias Médicas.
Algo que valoro mucho del Tec de Monterrey es la educación integral que tenemos los alumnos; además de los conocimientos de nuestra carrera, podemos potenciar otros talentos en áreas culturales y deportivas. A lo largo de estos semestres, he podido tomar clases de baile, kickboxing, fitness y yoga; también he participado en tres muestras culturales con el grupo de Jazz Funk.
En estos cuatro años sé que he vivido una gran transformación que continúa todos los días, tengo cada vez más experiencias y conocimientos que me demuestran el largo camino que aún queda por recorrer. Sin embargo, sigue en mi interior aquella joven con hambre de salir adelante, que sueña con retribuir a la sociedad lo mucho que se le ha dado y poner su granito de arena para hacer de México un mejor país.
Gracias al Tecnológico de Monterrey y al programa Líderes del Mañana por brindarme esta oportunidad y por las herramientas que me dan para alcanzar las metas que me proponga.
En 2016 fui coordinador de logística y finanzas de Crececamp Guadalajara, campamento de verano para personas con discapacidad. Esta experiencia me ayudó a crecer en todos los aspectos, me sensibilizó y me dio una visión diferente sobre cómo encaminar los conocimientos adquiridos en clase hacia la solución de un problema.
En el verano de 2016, tuve la oportunidad de asistir a un curso de liderazgo en Boston, en Laspau, afiliada a Harvard University, donde recibimos talleres y conferencias de expertos en liderazgo y comunicación. La experiencia fue inolvidable, cumplí uno de mis sueños: tomar una clase en Harvard y conocer MIT.
Participé en POLE Project "I see concrete", en colaboración con CEMEX R&D y Brügg, Switzerland, durante un semestre en 2016. A través de una metodología de aprendizaje diferente, equipos multiculturales y multidisciplinarios trabajamos en una solución innovadora para la empresa, todo el trabajo lo realizamos en línea, y posteriormente fuimos a Suiza para afinar detalles del proyecto y presentarlo frente al departamento de Investigación y Desarrollo de CEMEX. Aquí conocí a personas increíbles de diversos países como Suiza, Italia, Holanda, Polonia, Estados Unidos, entre otros.
Fui parte del proyecto de investigación "Computing for Social Good" en colaboración con MacEwan University, Canadá, en el semestre de enero a mayo de 2017. En este proyecto analizamos el impacto de la tecnología en la sociedad y su contexto, contrastando cómo la tecnología era utilizada en México y Canadá, fue muy interesante trabajar con personas de otro país y aprender un poco más de su perspectiva y cultura.
En mayo de 2017 fui nombrado Campus Director at Hult Prize Foundation, la competencia de emprendimiento social más grande del mundo. Yo había participado en Hult Prize y me enamoré de este movimiento; más tarde busqué involucrarme de otra manera para empoderar a más jóvenes a crear soluciones capaces de combatir los problemas más alarmantes del momento. Uno de los equipos, que se formó aquí en nuestro campus, logró ganar el Wild Card Round y ahora tendrá la oportunidad de ser parte de la aceleradora en Londres.
Durante una semana asistí a Tongji University, en Shanghái, China, para recibir clases y talleres de expertos en emprendimiento social, durante el verano de 2017.
Gracias a mi preparación en el Tec, soy parte de la 4.ª generación de “Talentum Universidad: Soluciones para un México justo, próspero e incluyente”. Una iniciativa impulsada por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en la que participan 60 jóvenes de diferentes contextos del país para buscar una solución innovadora a problemáticas latentes en nuestro país; mi equipo y yo trabajamos el tema de la corrupción, específicamente en ciudadanos y consumidores de bienes y/o servicios públicos y/o privados a quienes el acceso a estos se condiciona a la comisión de algún acto de corrupción. Además, en octubre de este año, tendremos la oportunidad de viajar a Israel para presentar nuestros proyectos, recibir asesoría y aprender de expertos de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Hace un mes participé en la convocatoria de Young Sustainable Impact, en Oslo, Noruega, para ser parte del Innovation Program en emprendimiento social, no fui seleccionado, pero me llena de mucho orgullo que llegué hasta la ronda final, solo llegamos 43 jóvenes de más de nueve mil aplicantes en el mundo; además, me ofrecieron una oportunidad de trabajo con la organización por mi perfil y habilidades.
Próximamente, estaré realizando un intercambio internacional el siguiente semestre en EAFIT, Medellín, Colombia.
Quiero agradecer infinitamente a todos los que hacen este programa posible. Obtener la distinción Líderes del Mañana ha significado un compromiso muy grande, así como hoy yo tengo la oportunidad de cumplir mis objetivos, en un futuro me gustaría crear y acercar oportunidades a todos aquellos jóvenes talentosos que tengan la misma convicción de crear un impacto positivo en nuestro país.
Mi madre sabía el peso de aquel deseo inocente que tenía, entonces me educó para hacer realidad ese sueño. A los tres años ya era bilingüe; a los cinco sabía multiplicar y dividir; a los seis sabía de psicología positiva; mis cuentos de cuna fueron las obras de Homero, Julio Verne y Rosario Castellanos; en mi cumpleaños número ocho recibí el Arte de la Guerra de Sun Tzu; a los once inicié mi primer estudio humanístico en teología y me gradué a los trece años de la Escuela Arquidiocesana de Monterrey. Yo provengo de migrantes chinos, franceses y españoles. Mis abuelos influyeron mucho en mi formación porque saben lo que es llegar con nada y abrir camino donde no lo hay. Para mí, su herencia más importante fue esta lección: si vas a hacer algo, hazlo bien y que nadie lo haga como tú. Por eso tenemos algo bien en claro: la educación y la tenacidad es el legado para nuestros hijos.
Hoy pertenezco a la 1.ª generación de Líderes del Mañana y estudio la carrera de Relaciones Internacionales bajo la modalidad de Liderazgo para el Desarrollo Social. Me he desempeñado como investigadora en ciencias sociales; estudio la pobreza y el subdesarrollo, las cuales entiendo porque las he vivido, pero sé que también puedo transformar esta realidad. Cuando entré al Tec, en 2014, no me imaginé hacer, ver y estar en situaciones que siguen superando mis expectativas de lo que pudiera ser esta experiencia de estudio. No voy a decir “he tenido la oportunidad de…”, más bien diré que el Tec me enseñó a “proponer la oportunidad de...”.
Un evento cambió mi perspectiva de vida. Un día hablé a la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y propuse realizar un semestre de intercambio con el Tec, planteamiento que fue aceptado. La odisea comenzó con irme a vivir seis meses a Colombia para estudiar materias de conflictos armados. Ahí tuve la oportunidad de conocer una realidad que solía ver lejana: las guerras y sus consecuencias. Convivir con víctimas, estudiantes, catedráticos, políticos, militares y miembros de oposición que sumaban sus respectivos esfuerzos para detener una guerra de más de medio siglo, reforzó mi compromiso por mi sociedad como ser humano, revelando mi vocación para trabajar en la construcción de paz.
Hoy en día me encuentro certificada en Derecho Humanitario durante Guerra o Desastre por Harvard University. También fui capacitada en comunicación y manejo de conflictos por el programa Embajadores Tec, en colaboración con University of North Carolina School of Media and Journalism.
Me convertí en activista, uso las redes sociales, el modelaje y el deporte para comunicar un ideal: hacer más justo el mundo. Asimismo, he coordinado y representado a México en eventos internacionales como “Paz y Juventud Latina”, panel de liderazgo universitario celebrado en el 2016 en la Universidad de los Andes por miembros de los programas Ser Pilo Paga y Líderes del Mañana. Además, he sido reconocida por el Instituto Matías Romero de la Secretaría de Relaciones Exteriores por mis creaciones literarias en temática de relaciones diplomáticas, así como por el programa cultural Ruta Inti en materia sociológica.
Paralelamente, colaboro en campañas de recaudación de fondos para el programa al que pertenezco, además represento y coordino a la empresa feminista Creo en Ella. Además, soy cofundadora de la Ludoteca San Ángel Sur, proyecto de construcción de paz en la zona número 1 con desaparición forzada en Nuevo León, según la asociación civil de Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (CADHAC).
He realizado mis prácticas profesionales en el Consulado de México en Los Ángeles, y hoy en día soy miembro activo de la ONG Redes Quinto Poder y coordinadora la plataforma QueSirvan.MX, iniciativas ciudadanas que buscan identificar, actuar y detectar acciones en pro a los derechos humanos, facilitando el acceso a la información, la rendición de cuentas y la transparencia con el objetivo de construir una cultura legislativa y reducir la impunidad en el gobierno de Nuevo León y México.
Todo, todo esto va con mucho orgullo y amor a México, al Tecnológico de Monterrey y al programa Líderes del Mañana, quienes me han enseñado a sorprenderme.
El camino que llevo recorrido en mi vida no ha sido fácil, sobre todo porque siempre me he sentido diferente a los demás. En la Paz, Baja California Sur, de donde soy originario, me involucraba en cuanta actividad podía, pero eso me llevó en cierto punto a sentir que la gente a mi alrededor me percibía como alguien muy extraño.
Hasta que descubrí que esa ‘extrañeza’ era mis ganas de hacer algo más por mi país. Fue entonces que vi en la convocatoria Líderes del Mañana, del Tec de Monterrey, la oportunidad para encontrar personas con inquietudes como la mía.
Fui aceptado para recibir esta distinción, por lo que comencé mi formación profesional en el Campus Guadalajara, en agosto de 2015. Estaba muy emocionado, pues no podía creer que existieran personas como yo, con ganas de salir adelante y un gran entusiasmo por involucrarse en todo tipo de programas.
En agosto de 2017, la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey, a través de su Laboratorio de Emprendimiento y Transformación, me eligió como uno de los 13 estudiantes que formarían parte del programa MECATE. Este programa nos reunió a jóvenes emprendedores de diversas partes del mundo para que pudiéramos plantear soluciones a los retos sociales de este mundo. ¿El resultado? Pude ser parte del proyecto de origen colombiano, "Nativo Digital", durante todo el semestre, cuyo objetivo es impulsar una empresa social que desarrolla juegos físicos y videojuegos para enseñar a los niños sobre programación y aspectos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
La experiencia fue muy enriquecedora, ya que pude interactuar con jóvenes de Colombia, Chile, Brasil, Estados Unidos y Holanda, todos eran parte de diversos proyectos en los que la tecnología apoya el desarrollo de la educación.
También en 2017 acepté otro gran reto: ser parte del comité de Hult Prize at Tec Zona Occidente, que consistió en organizar un evento donde más de 26 equipos de diferentes partes de México presentaron ideas para impactar la vida de 10 millones de personas con el aprovechamiento de las energías.
Formar parte de este equipo ha representado un gran honor, ya que Hult Prize es la mayor y más importante competencia de emprendimiento social para estudiantes universitarios del mundo, que en colaboración con las Naciones Unidas, lanza un desafío para resolver las problemáticas más urgentes a través de la creación de empresas sociales.
En 2018 han continuado para mí los retos de seguir colaborando en la conformación de agentes de cambio. Fui seleccionado como director del ChangeMaker Day 2018, un evento para inspirar, colaborar y crear nuevas soluciones para el mundo a través de charlas con líderes, talleres y diversas actividades.
Además, desde enero de 2018, soy presidente del grupo Alumnos Líderes del Mañana en Acción Social (ALMA), en el cual organizamos actividades en pro de la comunidad, mediante activaciones, talleres y voluntariado.
No tengo la menor duda que formar parte de Líderes del Mañana ha transformado mi vida. Estoy muy agradecido con todos los que hacen posible que jóvenes como yo nos preparemos para ser quienes llevemos a México a un mejor destino.
Soy originario del municipio de Ocampo, Guanajuato. Mudarme a León, Guanajuato, para estudiar en el Tec de Monterrey, me hizo una persona más independiente y responsable. Hoy, gracias todo lo que he vivido en el Tec de Monterrey soy más dedicado, apasionado, perfeccionista, resiliente, líder y alguien que aprovecha cada oportunidad que se le presenta.
Creo totalmente que para crecer y aprender cosas nuevas debemos desarrollarnos en otras actividades además de las clases, por supuesto sin descuidar el ámbito académico. Desde que estaba en preparatoria y secundaria me gustaba dedicar tiempo a actividades culturales, deportivas y ecológicas, las cuales me ayudaron a adquirir las habilidades y el perfil necesario para ser parte de Líderes del Mañana.
En estos cuatro años en el Tec de Monterrey he vivido extraordinarias experiencias internacionales. Tomé un verano internacional en Estrasburgo, Francia, además de revalidar algunas materias, participé en visitas culturales y recreativas en lugares turísticos y empresas de Estrasburgo y también de Alemania. Logré ser uno de los 10 ganadores de la convocatoria “Líderes en Canadá”, que se ofreció en mi estado Guanajuato. Durante ocho semanas estuve en Ottawa, Canadá, tomando clases para mejorar mis habilidades en el idioma inglés y de liderazgo.
Para adquirir experiencia profesional en mi carrera, participé y fui seleccionado para realizar prácticas profesionales por seis semanas en El Cairo, Egipto, organizadas por AIESEC, con una Startup para desarrollar prototipos ingenieriles del área de robótica. Al terminar mis prácticas profesionales en El Cairo, comenzaré mi intercambio de un año en la Universidad Fontys Hogescholen Eindhoven, Países Bajos. Mi objetivo es hacer un semestre de clases y otro de prácticas profesionales en alguna reconocida empresa holandesa, ya que es un lugar reconocido por su innovación, ciencia e investigación tecnológica.
Desde que entré al Tec he participado en varios grupos estudiantiles. En IEM, la mesa directiva de mi carrera, organizamos actividades de integración entre los estudiantes de Mecatrónica; también hemos brindando talleres de robótica a niños y jóvenes de una de las comunidades más vulnerables de León para promover en ellos el tema de la tecnología y generar su interés por estudiar una carrera profesional.
Formo parte de Social Media Team, el grupo estudiantil encargado de dar a conocer a través de las redes sociales todos los eventos deportivos, culturales o de cualquier otro tipo del campus; y del grupo Azimov Team, enfocado en robótica, tecnología e innovación, y que asiste a competencias nacionales e internacionales en países como Japón, Estados Unidos y Brasil.
En AIESEC en León –organización internacional que busca desarrollar el potencial de liderazgo de los jóvenes a través de experiencias de aprendizaje en un ambiente multicultural con voluntariados y prácticas corporativas en otros países– me aseguro que los jóvenes que van a realizar un voluntariado al extranjero tendrán un impacto positivo para que al volver busquen un cambio en México.
Una de las mejores experiencias que he tenido ha sido participar en la competencia RoboGames 2016 en San Francisco, California, EE.UU., en la categoría “robot de guerra”, compitiendo con jóvenes de Japón, Brasil, Canadá, Alemania y otros lugares de Europa; con esta experiencia representé orgullosamente al Tec de Monterrey y a mi país.
Estoy muy agradecido por estas oportunidades que se me han dado gracias a Líderes del Mañana. Agradezco a mis padres y hermanos, al Tec de Monterrey y al estado de Guanajuato por el apoyo que me están dando, el cual estoy comprometido a retribuir en un futuro para que más jóvenes tengan las oportunidades que a mí se me han dado.
Muchas de ellas se quedan sorprendidas y me dicen que no creían que había estas oportunidades y con una sonrisa me dicen ‘¡Éxito!’. Esto resulta algo muy grato porque ellos mismos se dan cuenta que su hijo, sobrino o algún conocido también va a poder tener esa oportunidad de estudiar en una escuela como lo es el Tec.
Sé que esta es la principal labor del programa. Siempre lo he llamado como el “sueño de México” porque nos ayuda a creer que los sueños se hacen realidad y esta motivación es lo que muchos estudiantes necesitan.
Desde que inicié mi formación profesional me he propuesto representar dignamente mi papel como Líder del Mañana. Fui ganador del Reto Emprendedor en mi primer semestre, representando a Campus Saltillo en el INCmty, en donde logramos obtener una ganancia de 10,000 pesos en una semana para una causa social.
También en mi primer año, junto con mi equipo, logró el pase a un nacional de robótica en San Luis Potosí llamado VEX Robotronics. Cumplir con la exigencia de las materias y al mismo tiempo ser parte de este tipo de concursos o grupos estudiantiles es un gran reto, pero que ha tenido grandes recompensas.
Este año, en abril, viajé a Louisville, Kentucky, para representar a México en el mundial de robótica VEX, el más grande del mundo. En verdad fue una experiencia que tanto a mí, como al resto del equipo, nos motivo, ya que competimos contra chicos que ya eran ingenieros de diferentes partes del mundo como Nueva Zelanda, Estados Unidos y China, y podemos decir orgullosamente que les ganamos a algunos de ellos.
En la parte estudiantil he encontrado diversas actividades que me han ayudado a desarrollar más competencias. Participé junto a la sociedad de EXATEC para la recaudación de fondos para Líderes del Mañana, formé parte del grupo estudiantil Liderazgo con una Iniciativa de Desarrollo y he sido el presidente de la Sociedad de Alumnos de Ingeniería en Mecatrónica.
Pero particularmente he encontrado un gusto especial en ser un Embajador Tec. Esto me ha permitido entender que la voz tiene un gran poder para inspirar a otros. Mi tarea ha sido hablar del Tec a aquellos chicos que desean ingresar, así como de las oportunidades que existen para que lo logren, por lo que siempre les hablo de Líderes del Mañana.
Sé que con todo lo que comparto como Embajador soy un portavoz de que los sueños se hacen realidad, y sé que algún día ese mensaje lo podré transmitir a todo México.
Soy de una familia muy humilde, por lo tanto, tengo mucho que agradecer a mis papás y a quienes confían en mí y en mi familia, al hacer posible este grandioso programa de Líderes del Mañana.
Estar en el Tec fue fascinante desde el comienzo. Tuve que dejar Colima, mi ciudad natal, para ir a vivir con unos familiares muy cerca del Campus Santa Fe. Tan solo semanas después de haber ingresado a esta institución, asistí al entrenamiento selectivo para definir a la delegación que representaría a México en la Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas y gané mi lugar dentro del equipo nacional. Viajé a Chile y representé, una vez más, a mi país en competencias de matemáticas y traje a casa una medalla de plata.
Además de la Olimpiada, tuve gratas experiencias en mi primer semestre: asistí a exposiciones de tecnología y conocí las instalaciones de empresas de talla mundial; también fui invitado a mi primer Hackathon; formé parte de un grupo de danza contemporánea y, sobre todo, conocí a personas fascinantes que hoy son mis amigos.
En mi segundo semestre me integré en un equipo de programación competitiva para así participar en diversos concursos y, principalmente, en el Gran Premio de México y Centroamérica, que es el concurso de programación más importante para estudiantes universitarios. Ya llevo varios semestres involucrado en esta disciplina y mi mayor logro hasta ahora es haber obtenido el primer lugar en un concurso que organizó el Tecnológico de Monterrey en este año 2018.
Gracias al profesor Raúl Morales, he podido aprender nuevos lenguajes de programación para poder realizar cómputo estadístico y desarrollarme en una nueva rama de la inteligencia artificial llamada machine learning. A lo largo de tres semestres estuve tomando varios cursos en Internet que me han ayudado a tener más habilidades computacionales, y estoy seguro que me serán muy útiles para poder desarrollar grandes proyectos en favor de México en el futuro.
Asimismo, no he dejado de colaborar con el Comité Estatal de Olimpiadas de Matemáticas en Colima, para que cientos de niños se interesen por esta ciencia y obtengan buenos resultados en los distintos concursos.
Me llena de alegría que las personas que me apoyan vean a dónde he llegado. Mi compromiso es ayudar a mi familia a salir adelante y también hacer posible que más jóvenes talentosos no vean frustrados sus sueños debido a una necesidad económica.
Entrar al Tecnológico de Monterrey fue algo maravilloso, ya que siempre había querido estudiar una carrera de ciencias en una buena universidad, pero por mi nivel socioeconómico, el Tec de Monterrey no era una posibilidad. En mi familia directa soy la primera persona en asistir a la universidad, por lo que ingresar al Tec, gracias a Líderes del Mañana, representó un gran orgullo para mi familia y una responsabilidad importante para mí.
Desde los inicios de mi carrera he participado en actividades que apoyen a comunidades vulnerables. He colaborado en campamentos de verano para personas con discapacidad, con la organización Unidos, en proyectos de bancos de alimentos o con pláticas a jóvenes para disminuir la deserción escolar, con la organización Selider.
En el Tec he podido encontrar un mundo de posibilidades para desarrollarme, realicé un intercambio estudiantil, durante agosto-diciembre de 2016, a la Universidad de los Andes, en Bogotá, Colombia. Esta fue para mí una gran oportunidad de conocer otra cultura y de llevar el mensaje del programa a otros países.
Fue en este mismo intercambio estudiantil que junto a otros compañeros del programa, en conjunto con estudiantes de otros países, organizamos el primer Foro Latinoamericano de Juventud y Paz, una experiencia muy grata y que nos permitió unirnos como equipo en pro de enviar un mensaje positivo a la comunidad. El apoyo recibido por el programa Líderes del Mañana fue clave para que pudiera tener éxito en esta experiencia internacional.
Cuando regresé del intercambio tuve la oportunidad de asistir a la Cumbre Anual de EXATEC, donde pude dar testimonio de la experiencia que viví en Colombia, así como de los logros del programa, con el fin de sumar más donantes a esta causa.
Ser aceptada para realizar un verano de investigación en la Universidad de Ciencia y Tecnología KAUST, en Arabia Saudita, fue algo extraordinario, es una gran oportunidad para aplicar los conocimientos de mi carrera, conocer otra cultura y apoyar el papel de la mujer en el ámbito científico.
Agradezco nuevamente al programa por todas las oportunidades que me han brindado y por siempre preocuparse por el bienestar y el desarrollo de sus alumnos. Me siento muy orgullosa de poder pertenecer al programa y le deseo a la nueva generación lo mejor en su estadía en esta gran institución.
Mi nombre es Fernanda Lozano, y durante este trayecto me pongo a pensar cómo he llegado hasta donde estoy. Me doy cuenta de todo lo que he tenido que tropezar y sobrellevar hasta ahora. Tengo 26 años y tuve que aprender a desprenderme de estigmas e ideas muy arraigadas en mi vida, tuve que perder la vergüenza de pedir favores, dinero, ayuda… hoy continúo aprendiendo a fallar y a recuperarme.
Al colaborar en proyectos como “CreateMath”, grupo estudiantil en el que preparamos a jóvenes de nivel básico para olimpiadas de matemáticas, he aprendido a enseñar y transmitir no solamente conocimiento sino inspiración, y he tenido la oportunidad de emocionarme junto a pequeños que apenas se encuentran explorando lo hermoso de las ciencias ¡y ya figuran como ganadores de olimpiadas! En el programa “YouthBiotech” he reafirmado el compromiso que tengo con mi carrera y la difusión de la biotecnología, ¡me emociona pensar hasta dónde podemos llegar!
El Tec de Monterrey me ha brindado no solamente logros académicos, además me ha ayudado a desarrollarme como una persona completa, incluso en artes y deportes. Con el taller de danza oriental pude participar en el Día Internacional de la Danza celebrado en Tlaquepaque, Jalisco; y también exponer mis pinturas al óleo, en las diferentes muestras culturales organizadas por el Departamento de Difusión Cultural. Yo, esa chica tímida que nunca había bailado antes y no había mostrado lo que pintaba.
En 2017 tuve la oportunidad de viajar a Bogotá, Colombia, invitada por una investigadora de la Universidad El Bosque, que me permitió conocer el programa de posgrado en Epidemiología y comparar con lo aprendido durante mis prácticas profesionales.
Cuando inicié este mágico camino hace tres años, recuerdo que además de tener el gran honor de ser seleccionada para participar en el programa Líderes del Mañana, también fui nombrada embajadora de la segunda generación de Líderes del Mañana del Campus Guadalajara.
He tenido la oportunidad de compartir mi experiencia con muchas personas para expresarles la gran noticia de que el Tec de Monterrey apoya al talento; y así nuestra hermosa familia de Líderes del Mañana crezca y juntos transformemos nuestro México.
Hoy, a tres años de estar en el Tec de Monterrey, no podría sentirme más dichosa y segura de que estamos marcando el cambio, somos una gran familia que está dispuesta a apoyarse siempre y en todo momento.
Mientras llego al lugar que marca el inicio de mi carrera como científica en mi país, me doy cuenta de que todo lo que pudo parecer difícil cuando inicié esta enorme experiencia ha quedado atrás. Hoy pienso en ese 15 de mayo de 2015, vestía un mandil de mesera y con lágrimas en los ojos recibí la noticia de ser aceptada por el Programa Líderes del Mañana, a partir de ese momento mi vida cambió para siempre; ahora sonrío pensando en todo lo que está aún por venir.
Gracias por esta increíble oportunidad de transformarme y de transformar mi entorno. Gracias por permitirme superarme e inspirar a los que me rodean. Gracias por creer en mí.
Soy Ana Victoria Gutiérrez, viví con mi mamá y tres abuelos maternos durante la infancia; los tres fallecieron a causa de fuertes enfermedades, no sin antes haber pasado por tratamientos largos, costosos y muy dolorosos de los que fui testigo. Pude ver como mi madre, sin un esposo a su lado, se hacía cargo de la familia con una fortaleza tan grande que ni siquiera el cáncer que ella misma padeció logró mermar su fuerza.
Mi madre y abuela, por su naturaleza de docentes, implantaron en mí el amor por el conocimiento y la importancia de la educación. Descubrí el arte, la ciencia y la música, está última disciplina me ha permitido conocer realmente lo que significa trabajar duro por lo que amas. Gracias a la música pude participar en la gira nacional de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México.
Cuando salí del bachillerato me encontré ante un mundo de posibilidades profesionales, tuve la oportunidad de escuchar a una persona hablar sobre la carrera de biotecnología que ofrecía el Tec de Monterrey, y fue ahí donde sentí que estudiar biotecnología era la oportunidad para curar alguna de esas enfermedades que de niña tanto odiaba, o bien, de ayudar en algo al planeta.
Pero el Tec de Monterrey no era una opción para mí por motivos económicos. Después de situarme en mi realidad, hice el examen de admisión para estudiar una ingeniería distinta en la UACH, y aunque no estaba segura de mi decisión, obtener el primer lugar en CENEVAL me llevó a permanecer ahí por varios semestres. Sin embargo, un día comprendí que ese no era mi lugar. Cuando dejé de estudiar y empecé a trabajar, pensé que si combinaba ambas cosas y demostraba lo mucho que quería estudiar biotecnología podría conseguir la beca más alta y de esa manera, aunque me graduara en 10 años lograría lo que más anhelaba.
Recuerdo haber preparado una carpeta llena de reconocimientos, ensayos, evidencias, todo lo que me pudiera ayudar a presentarme con la Directora de Carrera del Tec de Monterrey como una estudiante incansable. Nunca me arrepentiré de ese momento en el que decidí luchar por lo que quería. Crecí en la cultura del esfuerzo y nunca espero nada gratis de la vida, pero sé que cuando das lo mejor de ti, no desistes, tienes claro lo que quieres y procuras tener la mejor actitud, es cuando se dan las condiciones para que las cosas ocurran.
Entonces apareció Líderes del Mañana, y fui acreedora de esta magnífica distinción. Ahora me siento muy orgullosa y privilegiada de poder llamar al Tecnológico de Monterrey mi segundo hogar.
Desde que ingresé al Tec, en 2014, soy miembro de la compañía musical Allegro y la Orquesta de Cuerdas. A lo largo de mi carrera he sido acreedora de varios premios y reconocimientos: primer lugar en Biohack (2017); segundo lugar en Agrohack (2016); medalla de bronce en la Competencia Internacional de Biología Sintética iGEM (2016), donde fui líder del equipo de Human Practices; además, fui miembro de uno de los grupos finalistas del “Festival de la canción” etapa regional.
Participé en la modalidad cartel para el XVII Congreso Nacional de Biotecnología y Bioingeniería (2017) y cuento con una publicación aceptada en el Vol. 35 de la Revista Terra Latinoamericana, en su edición octubre-diciembre (2017), lo anterior como resultado de la investigación que desarrollé en junto con mi equipo de trabajo durante Semestre i. También cursé un taller de verano sobre células madre e ingeniería genética en la escuela de biotecnología SupBiotech de París.
He colaborado como voluntaria en proyectos de diversas asociaciones civiles y empresas como el Centro de fortalecimiento para la sociedad civil (CEFOSC), Misiones Coloniales de Chihuahua, AMANC, REDUCE, ANSPAC, JERUEL, AIESEC, AMBIENT, FECHAC y Leche Zaragoza.
Estoy desarrollando un proyecto social llamado “Conocer y transformar”, cuyo enfoque es la implementación de huertos urbanos en zonas vulnerables para promover el interés científico y la educación ambiental en niños y jóvenes.
Mi participación en grupos estudiantiles ha fortalecido en mí los valores del Tec; me he desempeñado como vicepresidenta y presidenta suplente del grupo estudiantil Líderes del Mañana (2017), y como coordinadora de Desarrollo social en los grupos estudiantiles SEBIOTEC (2017) y iGEM (2016).
Actualmente he sido aceptada para realizar un internship de tres meses en Saskatchewan, Canadá, por medio del programa MITACS globalink.
Hoy me considero una persona perseverante, creativa, hogareña, leal a sus amigos, amante de la lectura, la música y la naturaleza; pero sobre todo comprometida con causas que ayuden a la comunidad.
La vida me ha enseñado a luchar por lo que quiero, desde pequeño así lo he hecho. De niño, por mucho tiempo ayudé a mi abuelo en su oficio de panadero, a mi padre, con shows de payasos y en el negocio familiar, una pequeña miscelánea.
Lamentablemente hace cinco años mi familia se tuvo que enfrentar a un duro golpe: mi abuela materna enfermó de cáncer y mi madre optó por llevarla y cuidarla en sus tratamientos en la Ciudad de México. Esta situación provocó un distanciamiento familiar y mi padre decidió, hace tres años, ya no estar con nosotros. Esto coincidió con el lamentable deceso de mi abuela.
Al irse mi padre, mi mamá quedó como cabeza de familia a cargo de mi hermano, mi abuelo y de mí. A pesar de esta situación familiar, había algo que me hacía tener una gran esperanza en el futuro: poder estudiar una carrera profesional en el Tecnológico de Monterrey.
Aún puedo recordar la primera vez que asistí al Campus Querétaro, poco después de enterarme que existía la distinción Líderes del Mañana. Ese día al regresar a casa, le platiqué a mi mamá sobre mi experiencia, pero entonces, me dijo con todo el dolor de su corazón que mejor me olvidara de ese sueño.
Pero no iba a quitar el dedo del renglón. Después de meses en el proceso, muchas experiencias y un gran número de pruebas de conocimiento y de habilidades, aún recuerdo el momento en que leí que había ganado la distinción.
Este año de estudios ha sido más de lo que me había imaginado. Fui parte del equipoBioDesigners que representó al Tec y a México en el concurso internacional biomolecular BIOMOD.
Nuestro proyecto, un sistema de nanofibras electroestiradas de proteína de amaranto con pululano que tienen la función de encapsular el antioxidante conocido como catequina y su liberación controlada ¡obtuvo medalla de bronce!
También participé por segunda ocasión en la convocatoria gubernamental “Rumbo Joven, Diseña tu Futuro 2018”, el cual gané y fui uno de los 23 jóvenes a nivel nacional que obtuvimos como premio un viaje cultural a Panamá de una semana, que realizaré en septiembre próximo.
Pero ser parte del Tec me ha permitido vivir experiencias aún mayores. Desde primer semestre decidí ingresar a diversas actividades, que van desde talleres de técnica vocal, teatro, oratoria, caracterización, hasta basquetbol, natación y atletismo.
He sido tan afortunado de ser parte de Líderes del Mañana, que por iniciativa propia me he propuesto ser lo que yo considero un “Embajador Líder del Mañana”, para compartir con todas las personas que puedo mi experiencia, además de animar a más jóvenes a postularse.
A través de mi canal de YOUTUBE, doy consejos a todos los aspirantes a la beca. Hoy puedo decir que tengo la fortuna de haber y seguir acompañando a más de 200 chicos y chicas que han confiado en mí gracias a un video, y me han permitido acompañarlos en este proceso, que estoy seguro, que como a mí, cambiará su vida.
Recuerdo que mi primer acercamiento con el Tec de Monterrey fue al terminar la primaria. El Tec tenía un convenio con la institución Houston Preparatory Academy, asociación que brinda educación de calidad en instituciones privadas a jóvenes talentosos de grupos sociales vulnerables. Con este convenio obtuve una beca del cien por ciento para estudiar la secundaria y la preparatoria.
Desde ese entonces supe que el Tec de Monterrey era la mejor universidad para poder realizar mis sueños. Sin embargo, tenía la incertidumbre de ingresar a esta institución debido a mi situación económica.
Cuando llegó el momento de ingresar a la universidad, encontré un video de José Antonio Fernández, Presidente del Tecnológico de Monterrey, en donde anunciaba el programa Líderes del Mañana. Decidí inscribirme y fui aceptado para ser un Líder del Mañana, hoy estudio Ingeniero en Mecatrónica.
En mi primer semestre me involucré en los proyectos insignia que había en mi campus. Uno de ellos era el MATE International ROV Competition 2015, en el que se construye un vehículo submarino remotamente operado (ROV) capaz de realizar distintas tareas: inspección de plataformas petroleras, investigación de la fauna marina y exploración de planetas con superficies líquidas.
Gracias al esfuerzo de mi equipo obtuvimos el Judges Choice Award en la competencia efectuada en Newfoundland, Canadá, por ser el vehículo más innovador, aquí competimos con universidades de todo el mundo.
En aquella ocasión no pude realizar el viaje a Canadá por situaciones económicas, pero gracias a este premio obtuvimos un viaje a New Orleans para presentar nuestro proyecto ante investigadores de todo el mundo en el Underwater Intervention 2016. Este fue mi primer viaje al extranjero, una experiencia que nunca podré olvidar.
El otro proyecto insignia en el que participé fue el NASA Human Exploration Rover Challenge 2016, el cual tiene como objetivo el desarrollo de un vehículo de exploración extraterrestre impulsado de forma motriz por un hombre y una mujer. En este proyecto fui líder del equipo y encargado del sistema de Telemetría, responsable de medir y monitorear de forma inalámbrica las condiciones del entorno, del vehículo y de los pilotos.
Debido al gran trabajo del equipo obtuvimos el premio AIAA Electronics/Telemetry Award al mejor sistema de Telemetría, calificado por jueces de la NASA y del American Institute of Astronautics and Aeronautics. En este viaje tuve la oportunidad de conocer las instalaciones y a los investigadores del U.S. Space and Rocket Center en Huntsville, Alabama, EE.UU.
Gracias a estos y otros proyectos, formé parte de los 16 alumnos seleccionados para participar en el MIT Summer Internship 2017. Durante un mes tuve cursos relacionados con la micro y la nano-tecnología y realicé prácticas de laboratorio en el Microsystems Technology Laboratory del MIT. Esta ha sido una de mis más grandes metas cumplidas hasta ahora, ya que muchas de las personas a las que admiro han pasado por el Massachusetts Institute of Technology y sé lo que representa internacionalmente.
Estoy muy agradecido con todas las personas que hacen que este programa sea realidad. Cada día me siento más preparado para ayudar en los problemas que aquejan a mi comunidad y espero poder devolver todo lo que se me ha dado para poder ayudar a más jóvenes en situaciones difíciles, pero con las ganas de salir adelante, e inspirarlos a emprender sus sueños.
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