Antes de empezar, es importante para mí agradecer por la oportunidad de ser quien dirija unas palabras a mis compañeros Líderes del Mañana, a quienes los acompañan y a los directivos y colaboradores que forman parte del Tecnológico de Monterrey.

Sé que hablo por más de uno, cuando digo que el sueño de estudiar en esta institución era algo que parecía inalcanzable, sin embargo, aquí estamos reunidos dando muestra de que el primer paso para alcanzar una meta es simplemente saber hacia dónde quieres llegar.

Esto no es una coincidencia, es el resultado de horas de estudio y esfuerzo. Es una muestra tanto de sacrificios propios, como de nuestros padres y profesores, quienes han invertido tiempo y dedicación, además de hacer sacrificios que a veces sólo ellos conocen y han guardado para sí, porque los más grandes sacrificios de amor se realizan en silencio.

Es verdad que vivimos tiempos complicados en medio de una pandemia, una futura crisis económica y un sinfín de problemas que descubrimos día con día, no obstante, este periodo nos ha servido para reflexionar sobre nosotros, para unirnos más a nuestros seres queridos, por encima de todo para enseñarnos que la noche siempre es más obscura antes del amanecer y que sin importar qué tan complicada sea la vida, siempre podremos salir adelante de la mano de nuestros seres queridos.

Y aunque esta es una ocasión para agradecer quiero pedirles algo muy especial.

Quiero pedirte a ti, futuro Líder del Mañana, que nunca olvides de dónde vienes, porque solo conociendo nuestro pasado podremos buscar un mejor futuro; espero que tu motor nunca sea la riqueza material; espero que sea almacenar conocimientos, experiencias, recuerdos y valores, pero nunca cosas materiales, porque el dinero es como el agua y cuando el agua no fluye para ayudar, ésta se estanca y se vuelve tóxica.

Deseo infinitamente que nunca pierdas el sentimiento de empatía y ayuda a los otros, para que, si un día afuera hace frío y alguien no tiene un abrigo, tú seas capaz de quitarte el tuyo para entregarlo.

A los padres les pido que cuiden a sus hijos y sigan apoyándolos como hasta ahora, porque sus hijos son reflejo de ustedes y cada uno de ustedes colocó las piedras que sirvieron de cimiento para crear al joven que hoy está por iniciar sus estudios profesionales.

Y a nuestra universidad, el Tecnológico de Monterrey y miembros que la conforman, quiero pedirles que nunca dejen de creer en los jóvenes mexicanos, que nunca dejen de apoyar la educación e impulsar sueños porque muchos hemos anhelado tocar el cielo y ustedes nos han brindado a nosotros un par de alas para tocar las nubes.

Armando Galaviz Esparza
Líder del Mañana
7.ª generación